En este extracto de 100 Deadly Skills: Survival Edition, el Navy SEAL retirado Clint Emerson explica cómo sobrevivir al ataque de un oso.
Si te encuentras con un oso negro en un sendero de montaña, agradece tu buena suerte. En comparación con los osos polares y los osos pardos, los osos negros son mucho menos propensos a atacar.
Los osos pardos (a veces también conocidos como osos grizzly) son la especie de oso más agresiva, mientras que los osos polares siempre están hambrientos -y a diferencia de los osos negros y pardos, los osos polares rastrearán y cazarán activamente a los humanos a través de su terreno ártico. Su enorme altura y peso los convierten en adversarios formidables, capaces de destripar a sus presas con un solo golpe de sus garras.
Las interacciones entre humanos y osos se han vuelto cada vez más frecuentes a medida que varias regulaciones y esfuerzos de conservación han aumentado la población de osos en toda América del Norte, con los avistamientos de osos negros particularmente en aumento. Afortunadamente, los ataques de osos son muy raros en general: tienes una probabilidad de 1 entre 2,1 millones de ser mutilado, lo que significa que casi cualquier actividad diaria rutinaria tiene una mayor probabilidad de matarte.
Pero actividades como la caza de alces con arco en las montañas de Montana o el excursionismo con mochila en la cordillera de Yellowstone aumentarán significativamente el riesgo de un ataque letal. Y no hay que descartar al visitante ocasional de los suburbios que hurga en los contenedores de basura o incluso se encierra en el coche familiar.
Precauciones de sentido común
¿La razón número uno de los ataques de osos? Que los humanos se acerquen demasiado. No se acerque a los osos y nunca se interponga entre una osa y sus crías. Si ves un oso a distancia, cambia de ruta. Permanezca en silencio para no despertar el interés del oso. En caso de que el cambio de dirección sea imposible, no continúe hasta que el oso haya desaparecido de la vista durante treinta minutos.