La terapia con gusanos es una técnica de curación de heridas que se ha utilizado durante mucho tiempo para eliminar la piel muerta de las heridas.
A medida que los médicos y los científicos continúan haciendo nuevos descubrimientos en la curación de heridas, algunos métodos de tratamiento bastante desagradables asoman sus desagradables cabezas. Una de las técnicas más odiosas es la terapia con gusanos. Consiste en la aplicación controlada de gusanos, las larvas vivas de las moscas, para tratar las heridas de los tejidos blandos. Aunque puede sonar desagradable para los débiles de corazón, puede ser una opción viable junto con el cuidado tradicional de las heridas.
La historia de la terapia con gusanos
La terapia con gusanos puede sonar como un concepto medieval, y de hecho se remonta a cientos y quizás incluso miles de años. Se cree que los mayas, así como las tribus indígenas de Australia, utilizaban los gusanos para el cuidado de las heridas, y los cirujanos militares del siglo XVIII descubrieron que los soldados heridos tenían más probabilidades de vivir cuando sus heridas estaban infestadas de gusanos.
A principios del siglo XX, el cirujano ortopédico William Baer, que había visto los efectos de los gusanos en el campo de batalla mientras servía en la Primera Guerra Mundial, fue el primero en aplicar sistemáticamente estas larvas a las heridas en un entorno clínico. Por aquel entonces, ejercía de profesor en el Johns Hopkins and Children’s Hospital de Baltimore y trató a más de 100 niños con heridas en los tejidos blandos. Sus estudios se publicaron en 1931, y en media década la terapia con gusanos alcanzó una popularidad masiva en toda Europa, Canadá y EE.UU.
Una gran mayoría de los que utilizaron este método quedaron satisfechos con los resultados. Pero con las mejoras en las operaciones quirúrgicas y la creciente disponibilidad de antibióticos llegó un repentino y grave declive de la terapia con gusanos. Dado que la penicilina y los fármacos antibacterianos evitaban la infección desde el principio, el proceso de cuidado de las heridas rara vez llegaba hasta la aplicación de gusanos, y había desaparecido en gran medida de la comunidad médica. La aversión a los gusanos y la falta de formación han impedido que los médicos y los pacientes utilicen este método en los tiempos modernos. Sin embargo, como señaló el Journal of Diabetes Science and Technology, estamos al borde de un renacimiento de la terapia con gusanos.
¿Cómo funciona?
Los gusanos específicos -como las larvas de mosca de la fruta utilizadas en los procedimientos clínicos- no pueden digerir adecuadamente el tejido vivo. Sólo comen tejido necrótico o muerto. Estos gusanos de uso médico tienen el instinto natural de alejarse de la piel viva para encontrar materia muerta, que consumen antes de ir a buscar más tejido necrótico. Una vez que el tejido necrótico ha desaparecido, abandonan el cuerpo del huésped por su cuenta en busca de otras fuentes. Cuando se utiliza la terapia con gusanos, estas larvas se colocan en la zona de la herida durante dos o tres días, normalmente contenidas dentro de la zona afectada por un apósito que impide que migren.
¿Cuáles son los beneficios?
El principal objetivo de la terapia con gusanos es eliminar la piel muerta de la zona de la herida, que puede impedir el proceso de curación. Los gusanos no sólo disuelven la piel muerta con sus enzimas digestivas para desbridar la herida, sino que también desinfectan mientras trabajan. Lo hacen de tres maneras: consumiendo los microbios que mueren en su intestino, disolviendo los microorganismos dañinos en la superficie de la herida y secretando moléculas antimicrobianas en la zona afectada. Otro beneficio importante es que los gusanos estimulan el desarrollo de tejidos sanos para reparar los dañados.
¿Es segura la terapia con gusanos?
Puede parecer un enfoque arcaico para la curación de heridas, pero la terapia con gusanos ha sido aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para el desbridamiento de la piel necrótica en heridas de tejidos blandos que no cicatrizan. De hecho, como señala el Journal of Diabetes Science and Technology, este método suele estar cubierto por las aseguradoras, ya que se considera «una opción de tratamiento fiscalmente prudente, porque es barato, rápido, eficaz, sencillo y lo suficientemente seguro como para ser realizado por personal de enfermería o paramédico».