Este estudio dirige nuestra atención a un problema clínico común en obstetricia y ginecología: el absceso vulvar. El uso extensivo de antibióticos ha fomentado la aparición de microorganismos resistentes, y el SARM es uno de los más comunes y virulentos.
La vulva es especialmente susceptible de ser colonizada por el SARM debido a su proximidad al recto y al traumatismo causado por el afeitado, la depilación, el contacto sexual y el uso de productos de higiene personal.
Además, las mujeres obesas y discapacitadas pueden tener dificultades para limpiar la vulva adecuadamente; la falta de higiene también se asocia con la colonización por SARM.
El SARM no fue el único patógeno identificado
En este estudio también se aislaron organismos gramnegativos, como Proteus mirabilis y Escherichia coli, y grampositivos, como Enterococcus y Streptococcus del grupo B.
Aunque la mayoría de los abscesos vulvares de este estudio estaban colonizados por SARM, este hecho no fue evidente hasta que se cultivaron las muestras. Ningún signo o síntoma de presentación distinguía a las pacientes que tenían SARM de las que no lo tenían.
Tampoco era más probable que las mujeres con SARM requirieran hospitalización o experimentaran complicaciones por el tratamiento. Más bien, la hospitalización fue más probable en las mujeres que tenían comorbilidades como:
- diabetes
- hipertensión
- un nivel inicial de glucosa en suero superior a 200 mg/dL
- un absceso más grande (media, 5,2 cm de diámetro)
- un recuento elevado de glóbulos blancos (≥12×103/µL).
La tasa global de complicaciones fue del 7,4%, con un caso de sepsis y una muerte.
El tratamiento del absceso vulvar colonizado por SARM implicó principalmente la incisión y el drenaje. La mayoría de los pacientes internos también recibieron vancomicina o clindamicina por vía intravenosa. Entre los pacientes externos, se administró trimetoprima-sulfametoxazol, un régimen antibiótico conocido por su eficacia contra el SARM, en casos seleccionados.
Limitaciones de este estudio
Este estudio se realizó en un gran hospital del condado de San Antonio que atendía principalmente a pacientes hispanos de bajos ingresos. Por lo tanto, los hallazgos pueden aplicarse sólo a esta población o región geográfica.
Diversas variables no se presentaron o se discutieron inadecuadamente en el estudio publicado. Por ejemplo, 26 de los sujetos estaban embarazadas. Deberían haberse incluido en el análisis general? ¿Altera el embarazo el sistema inmunitario, convirtiéndose así en un factor de riesgo de absceso vulvar colonizado por SARM? ¿Fue la selección de antibióticos diferente para las pacientes embarazadas que para las no embarazadas?
El artículo tampoco proporciona mucha información sobre la prevalencia de infecciones de transmisión sexual (ITS) en esta población. Sólo el 41% de las 133 mujeres a las que se les realizó un cultivo de abscesos fueron sometidas a un cribado de ITS. Si estas pacientes estaban infectadas por el VIH (definido como SIDA), Chlamydia trachomatis, gonorrea, herpes genital u otro patógeno de ITS, ¿cómo habría cambiado esto los datos y los resultados?
Por último, no está claro si los 10 casos de absceso vulvar recurrente identificados en este estudio procedían del grupo de pacientes internos o externos.
De este estudio se pueden extraer una serie de puntos para la práctica:
- Cuando cualquier paciente tenga un absceso vulvar, cultívelo en busca de microorganismos aeróbicos y anaeróbicos, incluido el SARM
- Debido a que los organismos altamente resistentes son cada vez más comunes tanto en la comunidad como en el hospital, es fundamental que esté familiarizado con el biograma de antibióticos de su hospital, que delinea los organismos que están causando la infección, así como los patrones de susceptibilidad
- La incisión y el drenaje son el pilar del tratamiento del absceso vulvar colonizado por SARM
- Al decidir si tratar a un paciente como paciente interno, tenga en cuenta condiciones médicas como la diabetes, la infección por el VIH, la obesidad y otras condiciones que comprometan el sistema inmunitario
- Al seleccionar un antibiótico, elija uno que incluya cobertura para el SARM, así como para los organismos entéricos gramnegativos y otros grampositivos
- Para prevenir la propagación del SARM, incorpore el lavado de manos adecuado y otras medidas de control de infecciones en los procedimientos rutinarios. Además, descontamine las zonas en las que se realizan incisiones y drenajes a los pacientes para evitar la transmisión del SARM al personal y a otros pacientes.-DAVID A. BAKER, MD