Se llaman guisantes de ojos negros, así que naturalmente hay que asumir que son guisantes. Pero, ¿lo son realmente? ¿Pertenecen los guisantes de ojos negros a la familia de los guisantes?
La respuesta corta:
No, los guisantes de ojos negros no son guisantes, son judías.
La respuesta larga:
Este es otro de esos casos realmente extraños en los que algo se llama de una manera pero en realidad es algo completamente diferente.
La mayoría de la gente cree que los guisantes de ojos negros son una variedad de guisante. Se puede perdonar la suposición ya que en realidad se llama guisante. Pero al igual que el garbanzo, el nombre es más descriptivo que preciso. Los guisantes de ojo negro son en realidad judías, y ya hemos determinado aquí en ITTF que las judías no son guisantes.
En la superficie, los guisantes y las judías son bastante similares. Ambos son legumbres, lo que significa que nacen del ovario fecundado de una flor y brotan vainas que contienen semillas. Incluso comparten la misma familia de plantas, las leguminosas. Sin embargo, las judías y los guisantes proceden de un género y una especie completamente diferentes. Es como intentar comparar a los humanos con los simios. Hay similitudes, pero no son lo mismo.
Las plantas de guisante suelen tener un tallo más hueco mientras que los tallos de las judías son sólidos. Esa es una de las muchas diferencias entre ambas.
Los guisantes de ojos negros han existido desde la era prehistórica, creciendo sobre todo en China e India. Fueron llevados a las Indias Occidentales desde África Occidental en 1674 y se utilizaron originalmente como alimento para el ganado y los esclavos. En el sur de Estados Unidos, los guisantes de ojos negros suelen comerse con verduras el día de Año Nuevo como símbolo de buena suerte. La creencia es que los guisantes simbolizan las monedas, mientras que las verduras simbolizan el dinero.
Originalmente, los guisantes de ojos negros fueron llamados mogette por los franceses. Mogette es la palabra francesa para monja porque el ojo negro en el centro del guisante aparentemente recordaba a algunos el hábito de una monja.