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Aunque el origen de la enfermedad aún no se ha determinado, se especula que se produce debido a un proceso inflamatorio que afecta al aparato vestibular periférico del laberinto – un sistema sensorial situado en la profundidad del oído de su gato que es responsable de mantener el equilibrio y el movimiento.

2. ¿Qué aspecto tiene?
El sello de la enfermedad vestibular unilateral es la inclinación de la cabeza. Casi siempre es hacia un lado o hacia el otro. La inclinación de la cabeza se describe como el lado de la cabeza del gato que apunta hacia el suelo. La inclinación de la cabeza está presente y es constante en todas las posiciones. El gatito que ilustra este artículo tiene una inclinación de la cabeza hacia la izquierda incluso cuando está tumbado.

3. ¿Cuándo se produce?
Parece haber un aumento estacional de la DIV durante los meses de verano en nuestra zona.

4. ¿A quién afecta?
No parece haber ninguna predelección por la edad o el sexo. La DIV se ha visto en todas las razas de gatos.

5. ¿Qué signos veré en mi gato?
El inicio es agudo, y su gato puede desarrollar signos muy rápidamente (en una hora). Notará inclinación de la cabeza, desorientación, caída, balanceo y nistagmo. El nistagmo es un movimiento rápido, repetitivo e involuntario de los ojos en sentido lateral o circular. La mayoría de los gatos muestran una marcha incoordinada y tambaleante. Algunos gatos son incapaces de mantenerse en pie y pueden rodar o caer constantemente hacia un lado u otro. Otros gatos pueden estar tan desorientados que no se mueven, vomitan o vocalizan en voz alta. Algunas personas informan de que parece que su gatito está teniendo una convulsión, a la que puede parecerse.

6. ¿Qué es la DIV bilateral?
En estos casos, su gato puede no mostrar una gran inclinación de la cabeza, sino que puede balancear su cabeza de un lado a otro y permanecer en una postura agachada.

7. ¿Cómo se diagnostica la DIV?
No hay una prueba definitiva para la DIV como hay para el virus Parvo o la enfermedad del gusano del corazón. En su lugar, para hacer un diagnóstico, su veterinario descarta otras enfermedades como infecciones del oído, pólipos del oído medio, periotonitis infecciosa felina y algunas formas de cáncer.

Empezará por realizar un examen físico y neurológico completo a su gato. Un rasgo distintivo de la DIV es la ausencia de otros signos neurológicos que apunten al cerebro. Normalmente no se observan anomalías en la propiocepción consciente (la capacidad de su gato de ser consciente de su propia posición y movimiento corporal), aunque esto puede ser difícil de evaluar, especialmente durante las primeras 24-48 horas, cuando los signos suelen ser más graves. La debilidad no suele estar presente. Los otros nervios de la cara y la cabeza tampoco se ven afectados.

Su veterinario puede querer realizar otras pruebas junto con un examen neurológico para descartar otras posibles causas de los signos vestibulares. Estas pueden incluir un examen del oído, radiografías del cráneo de su gato, punción lumbar y una resonancia magnética del cerebro-cráneo. Si estos diagnósticos arrojan resultados normales y el historial de su gato y el examen neurológico son consistentes con una enfermedad vestibular periférica, se considera un diagnóstico de DIV.

8. ¿Qué hay del tratamiento?
Actualmente, no se ha demostrado que ningún tratamiento específico sea beneficioso en todos los casos. Sin embargo, se pueden recetar ciertos fármacos (como sedantes, antivómito y medicamentos para aliviar el mareo) a criterio de su veterinario. La terapia de apoyo es el pilar del tratamiento hasta que se resuelvan los signos. Esto implica ayudar a su gato a comer y beber, y mantenerlo en un entorno seguro en el que los elementos esenciales (comida, agua y caja de arena) estén situados a una distancia segura y a nivel del suelo, para evitar que su gato sufra lesiones secundarias al deambular mientras está inquieto sobre sus pies o al saltar desde un nivel alto. También es importante asegurarse de que su gato se mantenga hidratado.

La mayoría de los gatos vuelven a la normalidad en el transcurso de varias semanas. El pronóstico es excelente, ya que los gatos rara vez tienen alguna disfunción vestibular restante tras la recuperación.

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