La capa más externa es el epiblema. Muchas de las células del epiblema sobresalen en forma de pelos radicales unicelulares. La corteza está formada por varias capas de células de parénquima de paredes finas con espacios intercelulares. La capa más interna de la corteza se llama endodermis. Está formada por una sola capa de células en forma de barril sin espacios intercelulares. Las paredes tangenciales, así como las radiales de las células endodérmicas, tienen un depósito de suberina, material ceroso e impermeable al agua, en forma de tiras caspianas. Junto a la endodermis se encuentran unas capas de células parenquimatosas de paredes gruesas denominadas periciclo. En estas células tiene lugar la iniciación de las raíces laterales y del cambium vascular durante el crecimiento secundario. La médula es pequeña o poco visible. Las células parenquimatosas que se encuentran entre el xilema y el floema se denominan tejido conjuntivo. Suele haber de dos a cuatro manchas de xilema y floema. Posteriormente, se desarrolla un anillo de cambium entre el xilema y el floema. Todos los tejidos de la cara interna de la endodermis, como el periciclo, los haces vasculares y la médula, constituyen la estela.
Raíz monocotiledónea
La anatomía de la raíz monocotiledónea es similar a la de la dicotiledónea en muchos aspectos (Figura). Tiene epidermis, corteza, endodermis, periciclo, haces vasculares y médula. En comparación con la raíz de las dicotiledóneas, que tiene menos haces de xilema, en la raíz de las monocotiledóneas suele haber más de seis haces de xilema (poliarquía). La médula es grande y está bien desarrollada. Las raíces monocotiledóneas no experimentan ningún crecimiento secundario