Urano, en la mitología griega, la personificación del cielo. Según la Teogonía de Hesíodo, Gea (la Tierra), surgiendo del Caos primitivo, produjo a Urano, las Montañas y el Mar. De la posterior unión de Gea con Urano nacieron los Titanes, los Cíclopes y los Hecatónquiros.
Urano odiaba a sus descendientes y los escondió en el cuerpo de Gea. Ella apeló a su venganza, pero Cronos (un Titán) fue el único que respondió. Con el arpē (una cimitarra) le quitó los testículos a Urano mientras se acercaba a Gea. De las gotas de sangre de Urano que cayeron sobre ella nacieron las Furias, los Gigantes y las Meliai (ninfas del fresno). Los genitales cortados flotaron en el mar, produciendo una espuma blanca, de la que surgió la diosa del amor, Afrodita. Cronos, con su acción, había separado el Cielo y la Tierra. Urano también tenía otras consortes: Hestia, Nyx, Hemera y Clymene.