Tumores orales en perros – Una visión general

¿Qué es un tumor oral?

Un tumor oral es un crecimiento anormal y una replicación no regulada de las células que se producen dentro de la boca. La boca de un perro, al igual que la nuestra, está formada por varios tipos de células diferentes; por ejemplo, hay células epiteliales (o de la piel), células óseas, células fibrosas y otras, todas las cuales pueden volverse cancerosas. Algunos tumores pueden crecer lentamente y no suelen extenderse, lo que significa que son benignos, mientras que otros son agresivos y se extienden a otros lugares (tumores malignos).

¿Qué causa estos tipos de tumores?

La razón por la que un perro en particular desarrolla este, o cualquier tumor, no es sencilla. Muy pocos tumores y cánceres tienen una única causa conocida. La mayoría parecen ser causados por una compleja mezcla de factores de riesgo, algunos ambientales y otros genéticos o hereditarios. Los perros machos parecen tener el doble de probabilidades de desarrollar cáncer oral que las hembras. Varias razas parecen estar más predispuestas a padecer cánceres orales, como los perros bóxer, chow chows, pastores alemanes, pointers alemanes de pelo corto, golden retrievers, gordon setters, caniches miniatura y weimaraners.

¿Cuáles son los signos clínicos de los tumores orales?

Los tumores orales vienen en muchas formas y los signos clínicos de su perro dependerán de la ubicación del tumor, el tipo de tumor, el tamaño del tumor, y la presencia de propagación. Los melanomas aparecen pigmentados o no pigmentados, y pueden tener un aspecto nodular o de coliflor. Estos tumores pueden aparecer como hinchazones en las encías alrededor de los dientes o en el paladar duro o blando. A menudo se ulceran (se abren) y sangran. También pueden infectarse. Estos tumores pueden parecer pequeños pero pueden extenderse más profundamente en los tejidos de lo esperado, invadiendo el hueso subyacente.

«El dolor oral suele ser evidente, especialmente en perros con tumores que se han extendido al hueso subyacente.»

El dolor oral suele ser evidente, especialmente en perros con tumores que se han extendido al hueso subyacente. Los signos pueden incluir mal aliento (halitosis), babeo, jadeo, movimiento o pérdida de dientes, falta de apetito, dificultad para comer, reticencia a ser tocado en la cabeza, hinchazón facial e inflamación de los ganglios linfáticos.

¿Cómo se diagnostica el cáncer oral?

Un diagnóstico preciso de los tumores orales requiere el examen microscópico del tejido tumoral. La aspiración con aguja fina (FNA) puede llevarse a cabo en casos de tumores orales. La FNA consiste en tomar una pequeña aguja con una jeringa y aspirar una muestra de células directamente del tumor y colocarla en un portaobjetos del microscopio. A continuación, un patólogo veterinario examina el portaobjetos bajo el microscopio. En algunos casos, los resultados de la FNA pueden no ser del todo claros y puede ser necesaria una biopsia.

La biopsia es una escisión quirúrgica de un trozo del tumor. Los trozos del tumor son examinados por un patólogo veterinario bajo el microscopio. Esto se llama histopatología. La histopatología no sólo es útil para hacer un diagnóstico, sino que puede indicar cómo es probable que se comporte el tumor (probabilidad de recurrencia local o de diseminación a otras áreas).

¿Cómo suele progresar este cáncer?

Los tumores orales benignos suelen progresar lentamente, mientras que los malignos se agrandan rápidamente e invaden los tejidos adyacentes. Dependiendo del tipo de tumor oral presente, puede ser más agresivo localmente, lo que significa que invadirá los tejidos y estructuras estrechamente asociados (raíces de los dientes, hueso y otros tejidos blandos). Otros pueden ser muy agresivos y hacer metástasis (extenderse a otros lugares) a los ganglios linfáticos locales, los pulmones y los órganos abdominales. Dependiendo del tipo de tumor, la metástasis puede llegar a ser del 80%.

En los casos de un tumor oral maligno, se recomienda encarecidamente una estadificación completa (búsqueda de la posible propagación a otros lugares del cuerpo), ya que los tumores malignos pueden propagarse. Esto puede incluir análisis de sangre, análisis de orina, radiografías de los pulmones y, posiblemente, una ecografía abdominal. Si los ganglios linfáticos locales están agrandados o se sienten anormales, se pueden tomar más muestras mediante FNA para determinar si hay diseminación.

«Dependiendo del tipo de tumor, la metástasis puede llegar a ser del 80%.»

Los resultados del informe histopatológico indicarán cómo es probable que se comporte el tumor. El patólogo veterinario incluirá información sobre la probabilidad de recurrencia local o metástasis.

¿Cuáles son los tratamientos para los tumores orales?

La extirpación quirúrgica es la recomendación más común para tratar los tumores orales. Antes de la intervención quirúrgica se suele realizar un TAC de la cabeza/cuello para determinar la extensión de la enfermedad, así como para la planificación quirúrgica. Si los ganglios linfáticos locales están afectados, pueden extirparse al mismo tiempo que el tumor. Su veterinario puede recomendar la extirpación de estos ganglios linfáticos como medida preventiva para asegurarse de que no hay propagación.

«La extirpación quirúrgica es la recomendación más común para tratar los tumores orales.»

Si el tumor ha invadido el hueso, su extirpación puede ser difícil, y puede ser necesario extirpar una parte de la mandíbula de su perro (superior o inferior). Aunque este tipo de cirugía suena desalentador para usted y su perro, muchos de estos tumores son dolorosos y la extirpación quirúrgica proporciona alivio. El aspecto de un perro después de la extirpación de la mandíbula inferior izquierda se ilustra a la derecha.

Después de la cirugía, los tejidos son examinados por un patólogo para predecir, lo mejor posible, la probabilidad de recurrencia local o metástasis (propagación a otras áreas). Si se presenta la totalidad del tumor, el patólogo puede evaluar si el tumor se ha extirpado completamente o si son necesarias terapias adicionales.

Si un tumor maligno no se ha extirpado completamente, puede ser necesaria una segunda cirugía o tratamientos de seguimiento con radioterapia. En algunos casos, la cirugía puede no ser posible o estar justificada. La radioterapia también puede considerarse una opción de tratamiento primario si la cirugía no es posible. Ciertos tumores, como los ameloblastomas, tienen una excelente respuesta a la radioterapia (aunque se sigue prefiriendo la cirugía si es posible).

En los casos en los que se ha observado metástasis, su veterinario puede hablar de la quimioterapia como opción de tratamiento para su perro.

Contribuidores: Jan Bellows, DVM, Dipl. AVDC, ABVP; Christopher Pinard, DVM

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