La tarjeta J.P. Morgan Palladium (ahora rebautizada formalmente como J.P. Morgan Reserve Card) era una tarjeta de crédito Visa sólo por invitación emitida por JPMorgan Chase. La tarjeta, grabada con láser, estaba acuñada en latón macizo y chapada en paladio. La tarjeta y su sucesora dominan una categoría de tarjetas de crédito y cargo ultra exclusivas, sólo por invitación, que incluye la tarjeta Centurion de American Express.
Vídeo de la Tarjeta Palladium
Historia
JPMorgan Chase introdujo la Tarjeta Palladium en 2009 para atender a sus clientes de alto poder adquisitivo. Bloomberg describió la Palladium Card como la «tarjeta para el 1% del 1%». La mayoría de los clientes de J.P. Morgan a los que se invita a llevar esta tarjeta tienen un mínimo de 10 millones de dólares en activos gestionados en la banca privada de J.P. Morgan y una media de 100 millones de dólares. La tarjeta Palladium fue una de las primeras tarjetas de crédito estadounidenses en adoptar la tecnología de chip inteligente EMV. Con su construcción de latón y su revestimiento de paladio, la tarjeta pesa 1 onza o 28,35 gramos, cinco veces el peso de una tarjeta de crédito de plástico convencional y dos veces el peso de la tarjeta American Express Centurion construida en titanio. A partir de septiembre de 2016, la Tarjeta J.P. Morgan Palladium ha sido rebautizada como Tarjeta J.P. Morgan Reserve, que es físicamente idéntica a su predecesora, pero que ahora incluye un conjunto de beneficios y privilegios mejorados, además de tener la marca Visa Infinite.
Tarjeta Palladium
Disponibilidad y tarifas
La Tarjeta J.P. Morgan Palladium Card y la posterior J.P. Morgan Reserve Card se ofrecían a los clientes de J.P. Morgan Global Wealth Management, incluyendo J.P. Morgan Private Bank y J.P. Morgan Securities.
Los miembros de la tarjeta debían pagar una cuota anual de 595 dólares. Tras el cambio de marca a la tarjeta J.P. Morgan Reserve en septiembre de 2016, la cuota anual se ajustó a 450 dólares. No se cobran comisiones por transacciones en el extranjero, retrasos en los pagos, devoluciones o anticipos en efectivo. La tarjeta no tiene un límite de gasto preestablecido y funciona como una línea comercial oculta en la que la actividad de uso del cliente no se comunica a ninguna oficina de crédito.