Salah al-Din al-Ayubbi («Saladino»)

Salah al-Din al-Ayubbi fundó la dinastía ayubí de Egipto y Siria. Conocido como Saladino en Occidente, Salah al Din al Ayubi nació en 1138 en Tikrit. Saladino, un guerrero kurdo, se convirtió en sultán de Egipto y fue conocido como campeón del Islam. Salah al Din se convirtió en una leyenda en Oriente y Occidente por su papel en la expulsión de los cruzados de Jerusalén. Su toma de Jerusalén y el posterior triunfo musulmán le otorgaron un lugar destacado en las páginas de la historia. El surgimiento de un nuevo estado islámico unificado centrado en Egipto se logró gracias al hábil liderazgo de Saladino.

La Primera Cruzada capturó Jerusalén en junio de 1099, en medio de una horrible masacre de sus habitantes. En 1174, Saladino comenzó la expansión de su territorio. En sólo doce años conquistó Damasco, Alleppo e Irak. Saladino unió los esfuerzos de Egipto y Bagdad, y predicó al mundo musulmán que se levantara en una Yihad, una Guerra Santa, una contra cruzada, de todos los musulmanes contra los cristianos. Reuniendo una gran fuerza de musulmanes de diversos grupos, llamados sarracenos por los cristianos, Saladino se dispuso a atacar a los cristianos. Saladino atacó el Reino Latino de Jerusalén en 1187, y después de tres meses de lucha se hizo con el control de la ciudad.

Cuando Jerusalén cayó en manos de Saladino, toda la cristiandad pidió una nueva cruzada. En 1189, las naciones de Europa occidental lanzaron la Tercera Cruzada para recuperar la ciudad santa. Durante la Tercera Cruzada, dirigida por el rey Ricardo Corazón de León, el rey dispuso que se acumularan suministros y que se utilizaran barcos para entregarlos a sus tropas mientras marchaban por la costa; sin embargo, cuando el rey finalmente marchó hacia el interior para sitiar Jerusalén, se encontró con que Saladino había despojado al campo de alimentos y forraje. Los pozos habían sido envenenados y Ricardo se dio cuenta de que su ejército se desmoronaría de hambre si intentaba asediar Jerusalén. Los cruzados tuvieron que conformarse con un tratado con Saladino que garantizaba a los peregrinos cristianos el acceso a los Santos Lugares.

La muerte de Saladino en 1193 llevó al Papa Inocencio III a inaugurar la Cuarta Cruzada, pero no pudieron derrotar el imperio que Saladino había establecido. La dinastía ayubí, fundada por Salah al-Din ibn Ayyub, gobernó Egipto y Siria desde 1169 hasta 1250. En algunas regiones de la alta Mesopotamia y Yemen, su dominio continuó hasta finales del siglo XV.

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