Tragias familiares
En 1937 Joe fue nombrado embajador en Gran Bretaña, y la familia vivió en el extranjero durante unos tres años. La tragedia golpeó por primera vez al clan Kennedy durante la Segunda Guerra Mundial, tras su regreso a Estados Unidos. La tercera hija de Rose y Joe, Rosemary, había nacido con una discapacidad mental. En 1941, a la edad de 22 años, fue sometida a una lobotomía. El procedimiento no hizo más que empeorar su estado, y posteriormente fue internada. Tres años después, el destino asestó a la familia otro trágico golpe. El primer hijo de los Kennedy, Joe Jr., un distinguido piloto de la Marina, murió en el extranjero cuando su avión explotó en una misión secreta. Luego, en 1948, otro hijo, Kathleen, murió en un accidente aéreo en Europa. Joe padre sufrió un severo y debilitante derrame cerebral en 1961, menos de un año después de que su hijo, John, fuera investido como el 35º presidente de los Estados Unidos. Joe Sr. permaneció más de media docena de años antes de morir en 1968. Con su marido incapacitado durante tanto tiempo, Rose se vio obligada a afrontar los momentos más difíciles de su vida sin él: El 22 de noviembre de 1963, el presidente Kennedy fue asesinado en Dallas, Texas, mientras viajaba en una caravana. Mientras Estados Unidos lloraba, Rose encontró consuelo en la religión y se enfrentó al público con aplomo, dignidad y contención. Más tarde escribió en sus memorias, Tiempos para recordar, «Yo… me preguntaba por qué le había sucedido a Jack….. Todo -la culminación de todos sus esfuerzos, habilidades, dedicación al bien y al futuro- yacía sin límites ante él. Todo había desaparecido y yo me preguntaba por qué».
Fortalecida por su fe en Dios, Rose sobrevivió a otro golpe asombroso: La muerte a tiros en 1968 de su hijo Robert, senador estadounidense y aspirante demócrata a la presidencia, a manos de un asesino. Al año siguiente, el hijo menor de Rose, Ted, se vio involucrado en el tristemente célebre incidente de Chappaquiddick, que destruyó su candidatura a la presidencia de Estados Unidos. El 18 de julio de 1969, el senador perdió aparentemente el control del coche que conducía y se estrelló en las aguas de la isla de Chappaquiddick, en Massachusetts. El accidente provocó la muerte por ahogamiento de su pasajera, Mary Jo Kopechne. Kennedy no informó del accidente a las autoridades hasta el día siguiente, una acción que minó su credibilidad y sacudió la fe de los votantes estadounidenses. Tras el escándalo, Rose acudió en ayuda de su hijo y ayudó a rejuvenecer su carrera política haciendo campaña para su reelección en el Senado. Mantuvo su escaño en el Senado durante las tres décadas siguientes. Reflexionando sobre su notable tolerancia durante una crisis tras otra, Rose Kennedy proclamó que simplemente no se permitiría sucumbir a la tragedia. «Si me derrumbara», la citó Los Angeles Times, «tendría un efecto muy malo en… la familia».