Un quiste dental es un saco cerrado que puede estar formado por aire, tejido blando o líquido que se forma junto a los dientes o alrededor de ellos. Si no se tratan, los quistes dentales pueden causar graves problemas para su salud bucal.
Este tipo de quiste puede formarse en cualquier diente, y se encuentra con mayor frecuencia en la corona del diente o en la punta de la raíz. La formación de quistes dentales puede tener muchas causas posibles, como una infección, un traumatismo o el desarrollo inadecuado de un diente.
Cuando un quiste se forma inicialmente, suele ser pequeño y potencialmente sin infección, y a menudo no causa dolor. Puede detectarse mediante un examen visual, un examen de los tejidos blandos o en las radiografías dentales.
A medida que el quiste se expande, puede debilitar el hueso de la mandíbula y presionar contra los dientes adyacentes, afectando a su función normal.
Además, si no se trata, puede infectarse y convertirse en un absceso, o bolsa de pus, que puede propagar la infección bacteriana por todo el cuerpo.
Es importante que trabaje con su médico para tratar un quiste dental lo antes posible para prevenir cualquier efecto potencial a largo plazo en su salud bucal.