Un mosaico es una obra de arte que se compone de muchas piezas diminutas de vidrio o azulejos. Para convertir un objeto decorativo en un mosaico, se puede alicatar la superficie, como si se tratara de un salpicadero. Desde lejos, el arte del mosaico brilla con una impresionante gama de colores y diseños. De cerca, se descubren las complejidades que conlleva, y se puede ver cuánto tiempo y esfuerzo se ha invertido en la creación de la obra de arte.
Para ser un prolífico artista del mosaico, hay que mostrar paciencia y una especial atención al detalle que permita ver el conjunto descompuesto en pequeñas formas y colores. Sin embargo, no es necesario ser un artesano experto para probar su mano en este antiguo oficio. Algunos conocimientos básicos te ayudarán a sentar las bases de tu obra maestra de mosaico.
Definición de mosaico
Un mosaico es una técnica artística que utiliza partes diminutas para crear una imagen u objeto completo. Los mosaicos se suelen montar con pequeñas baldosas de vidrio, piedra u otros materiales. Normalmente los azulejos son cuadrados, pero también pueden ser redondos o tener formas aleatorias. Las pequeñas baldosas cuadradas se conocen como teselas, y las baldosas redondas se conocen como guijarros.
Hay dos métodos principales para crear mosaicos. El primero se conoce como método directo. Mediante esta técnica, los artistas colocan las teselas directamente sobre la superficie final, ya sea en una pared, una mesa u otros objetos.
El segundo método se conoce como método indirecto. Esta técnica en particular es ideal para piezas de gran escala con muchos detalles intrincados. Aquí, los artistas colocan los mosaicos en un papel de soporte que luego se transfiere a la superficie final una vez que el mosaico está completo. Esta técnica permite al artista trabajar en una superficie plana y horizontal y luego colocar secciones más grandes a la vez en superficies verticales como paredes o columnas.
Historia del mosaico
El término mosaico deriva probablemente de la palabra griega «mousa», que significa «musa». Los mosaicos como forma de arte han existido desde hace miles de años. Los mosaicos se descubrieron por primera vez en la antigua Mesopotamia, donde se encontraron pequeños trozos de azulejos en un templo del tercer milenio antes de Cristo. Estos artefactos eran aleatorios y sencillos. No fue hasta los antiguos griegos y romanos que los mosaicos comenzaron a representar escenas, patrones y símbolos de la vida real.
Con el paso de los años, los mosaicos se volvieron más intrincados y realistas. Las obras de arte en mosaico adquirieron importancia cultural en todo el mundo. A partir del siglo IV, los mosaicos que representaban escenas cristianas quedaron inmortalizados en famosas basílicas e iglesias de toda Europa. Los arqueólogos también han encontrado mosaicos con coloridos patrones geométricos en Oriente Medio y Asia.
Con el tiempo, esta técnica pasó de moda durante el Renacimiento y fue sustituida por la pintura al óleo. Durante la época georgiana y victoriana, las joyas de mosaico se hicieron populares. Los joyeros creaban escenas de micromosaico y las colocaban en broches, collares y anillos. Desgraciadamente, la fabricación de estas joyas era tediosa y requería mucho tiempo, y esta forma de arte no se ve comúnmente hoy en día.
Mosaicos vistos hoy en día
En los tiempos modernos, los mosaicos han visto un resurgimiento entre los artistas callejeros y los artesanos. En la mayoría de las tiendas de artesanía se pueden comprar kits de fabricación de mosaicos ya preparados para niños y adultos. Hoy en día, se pueden encontrar mosaicos en forma de arte para el jardín, escalones, mesas de acento y arte de pared. Es raro ver mosaicos modernos que sean tan intrincados y realistas como los del pasado, sobre todo debido al tiempo que se necesita para hacer una pieza así.
Una versión más moderna del mosaico se conoce como fotomosaico. Los artistas trabajan con una variedad de fotografías y las arreglan para crear una imagen más grande. También hay mosaicos asistidos por ordenador o CAD que pueden crear mosaicos comerciales para su uso en cabinas de ducha y suelos. El ordenador ayuda a transformar una imagen o patrón en formas de mosaico y asigna a cada mosaico un color específico.
Cómo hacer un mosaico
Si quieres hacer un mosaico por primera vez, hazlo de forma sencilla. Puedes comprar azulejos ya cortados y cubrir una superficie pequeña y plana como una mesa antes de intentar patrones y formas más complejas.
Suministros básicos
- Mosaicos
- Adhesivo
- Caucho
- Superficie
Técnica para principiantes
- Planifica un diseño o patrón sencillo y dibújalo con un lápiz.
- Coloque en seco las baldosas en la superficie. Mantenga los azulejos cerca entre sí para que sus líneas de lechada sean mínimas.
- Coloque cada baldosa una por una utilizando un adhesivo para baldosas.
- Deje que la pieza se seque durante al menos 24 horas.
- Extienda la lechada entre las baldosas utilizando sus manos o una espátula.
- Limpia las baldosas con una esponja húmeda.
Los mosaicos pueden ser increíblemente intrincados o bastante sencillos. En cualquier caso, el resultado suele merecer el esfuerzo que supone hacer uno.