Las hormigas, al igual que los humanos, tienen una dieta increíblemente variada. Y, al igual que los humanos, las hormigas son animales sofisticados y sociales que han ideado un gran número de formas ingeniosas para localizar, recolectar, almacenar y distribuir su comida.
En general, las hormigas (de las que se conocen casi 12.000 variedades) pueden clasificarse como omnívoras. De hecho, algunas de las hormigas más persistentes y dañinas, como las hormigas de fuego, se encuentran entre los comedores menos especializados. Dicho esto, la mayoría de las especies individuales de hormigas tienden a preferir un tipo de alimento sobre otros, hasta el punto de que algunas hormigas pueden ser identificadas por sus hábitos alimenticios.
Algunas especies de hormigas son depredadoras, matando y comiendo otros insectos -incluyendo otras especies de hormigas- e incluso pequeños animales. Algunas hormigas son, como los buitres y las hienas, carroñeras: Prefieren las fuentes de proteínas muertas o en descomposición. Y algunas hormigas podrían incluso llamarse agrónomas. La hormiga cortadora de hojas cultiva un hongo creando «granjas» con el material vegetal semidigerido que recoge. Las hormigas lecheras mantienen literalmente a los pulgones (pequeños insectos destructivos que se alimentan de la savia de las plantas) como si fueran ganado, protegiéndolos de otros insectos depredadores y «ordeñándolos» por una sustancia azucarada que producen conocida como melaza.
Sin embargo, ya sean melindrosas o fáciles de complacer, carnívoras o vegetarianas, con antojo de lo dulce o con gusto por lo salado, casi todas las hormigas son recolectoras. Las hormigas obreras salen del nido con el objetivo de encontrar una fuente de alimento. En cuanto descubren algo de su agrado, estas obreras regresan al nido, dejando un rastro químico para que otras hormigas obreras lo recojan. Estas sustancias químicas, conocidas como feromonas, son exclusivas de las hormigas de una colonia concreta y también sirven para marcar el territorio de las hormigas.
Una vez establecido el rastro, las hormigas obreras circulan por turnos: salen en busca de la fuente de alimento, recuperan la comida y regresan al nido con ella mientras dejan un nuevo rastro de feromonas para el siguiente turno. Este comportamiento de alimentación ayuda a explicar por qué las hormigas a menudo parecen marchar en largas columnas.
Debido a que las hormigas son tan oportunistas, la comida perdida en su casa puede convertirse en una invitación para estas plagas. Mantenga las frutas y verduras refrigeradas siempre que sea posible, y tenga cuidado con las migas y los restos de comida que se acumulan en zonas de su cocina que pueden estar situadas cerca de puertas, ventanas o grietas en sus suelos y paredes. Los derrames también pueden atraer a las hormigas y deben limpiarse antes de que tengan la oportunidad de convertirse en un lío pegajoso.
La amenaza que suponen las hormigas
Aunque los cebos y las trampas de cebo (alimentos que contienen pesticidas) pueden ser eficaces para controlar estas plagas no deseadas, estos sistemas tienen más éxito cuando presentan a las hormigas que buscan comida su única opción disponible. En general, recuerde: si es un alimento que le gusta comer, probablemente a las hormigas también les guste.
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