Qué causa el Rigor Mortis?

Cuando estás muerto, te agarrotas. Esto lo sabemos todos. Pero, ¿por qué? ¿Cuál es el proceso que ocurre, en el interior de un cuerpo muerto, que hace que el tejido muscular se contraiga con tanta fuerza que las extremidades pueden ser imposibles de mover? Te adentramos en el maravilloso mundo del rigor mortis.

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Pensamos en la contracción de un músculo como la parte del ejercicio que requiere esfuerzo. Cuando nos movemos voluntariamente, los filamentos gruesos y finos del interior de nuestros músculos se unen, contrayendo el músculo. Cuando dejamos de usar el músculo, se separan y el músculo se relaja. Pero no se separan por sí solos. Se necesita trifosfato de adenosina para que los dos filamentos se separen. El trifosfato de adenosina, o ATP, es la unidad energética de la célula. Cuando la célula hace casi cualquier cosa, se necesita ATP.

Sin embargo, hay algunas excepciones. La que causa el rigor mortis es más bien un tecnicismo. Generalmente, cuando los músculos necesitan contraerse, la célula importa un montón de iones de calcio, que son la señal que hace que las fibras musculares se enganchen. Al quemar ATP, la célula vuelve a relajarse. Para estar preparada para contraerse, el cuerpo mantiene una reserva de iones de calcio alrededor de la pared celular. La pared celular viva es una barrera para los iones, impidiendo que se precipiten para que el músculo pueda permanecer relajado. Cuando una persona muere, la pared celular pierde su impermeabilidad al calcio y los iones entran lentamente, provocando la contracción de los músculos. Como la persona ya no está viva, ya no está produciendo ATP, por lo que los músculos ya no se relajan.

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El rigor mortis es famoso por establecerse de la cabeza hacia abajo, pero en realidad todos los músculos lo experimentan por igual. La rigidez es más notable en los músculos más pequeños de la cara y la cabeza que en los músculos grandes de las piernas y el abdomen. La rigidez suele desaparecer al cabo de unos dos días.

Imagen: A. Pedro Marinho

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