¿Es una úlcera terminal de Kennedy una lesión por presión? Cuáles son sus principales características?
Una úlcera terminal de Kennedy es una lesión por presión que se desarrolla en los residentes cuando están muriendo. La piel es el órgano más grande. Por lo tanto, la piel sufre un fallo orgánico al igual que otros órganos, como el corazón, los pulmones, los riñones y el hígado.
El fallo de la piel puede ser indicativo de lo que ocurre en el interior del cuerpo. A medida que las personas se acercan al proceso de la muerte, los órganos empiezan a ralentizarse y a funcionar con menos eficacia. Una idea es que la piel puede mostrar los efectos de la presión más rápidamente de lo normal, como consecuencia de un problema de perfusión sanguínea exacerbado por el proceso de muerte. Por lo tanto, es posible que las intervenciones típicas para prevenir las úlceras por presión no eviten ahora el daño tisular.
Una úlcera terminal de Kennedy suele tener un inicio rápido y repentino, desarrollándose en cuestión de horas. Los médicos han informado de que la úlcera se presenta en las pocas horas que transcurren entre la revisión de la piel de la mañana y la de la tarde. Suele presentarse en el sacro, pero puede aparecer en cualquier prominencia ósea. Normalmente, la zona puede tener colores rojos, amarillos, negros o morados.
Los médicos han descrito la zona como si alguien hubiera coloreado la piel con un rotulador negro o morado. Suele empezar superficialmente como una ampolla, o puede parecer una abrasión y puede progresar rápidamente hasta un estadio 3 o 4. También puede progresar en tamaño en cuestión de horas. La forma tiene bordes regulares y puede ser como una pera, una mariposa o una herradura en lugar de imitar la prominencia ósea.
El tratamiento de una úlcera terminal de Kennedy es el mismo que para cualquier otra lesión por presión con las mismas características. La mayoría de estas úlceras no mejoran. Sin embargo, se sabe que el fenómeno puede revertirse con intervenciones agresivas para salvar la vida, como las intravenosas, la alimentación por sonda, el desbridamiento quirúrgico, los antibióticos y otras modalidades adecuadas.
De la edición de noviembre de 2018 de McKnight’s Long Term Care News