ATLANTA – ATLANTA – Es hora de decir adiós al mes de San Valentín y las Super Bowls, y hola a las preguntas que rodean al mes más corto del año.
Febrero es al menos dos días más corto que el resto de los meses, excepto, claro está, durante esos locos años bisiestos.
¿Por qué?
Para la respuesta tenemos que remontarnos a los días de los gladiadores. Los romanos tenían su propio calendario basado en el ciclo de siembra y cosecha de sus cultivos. El calendario romano tenía sólo diez meses. Nadie se preocupaba de nombrar el periodo en el que las cosechas estaban inactivas.
Fue el rey Numa Pompilio quien añadió los meses que hoy conocemos como enero y febrero. Se añadieron al final del calendario. El segundo rey de Roma intentaba hacer coincidir el calendario lunar de 355 días, pero era una lucha.
Los romanos consideraban que los números pares daban mala suerte, así que Numa hizo sus meses de 29 o 31 días. Cuando las matemáticas seguían sin sumar 355 días, el rey Numa acortó el último mes, febrero, a 28 días.
En el año 45 a.C., Julio César creó el calendario juliano con 365 cinco días. Siguiendo el consejo de su astrónomo, César añadió pocos días a este y aquel mes, llevándolos todos a 30 o 31 días, excepto febrero.
Enero y febrero siguieron siendo los dos últimos meses del año durante otro siglo. Incluso después de que fueran promovidos al principio del año, febrero siguió siendo nuestro mes más corto.