¿Por qué mi hijo sigue ahogándose y tosiendo?

Es normal que un bebé o un niño pequeño se ahogue y tosa de vez en cuando. Cuando ocurre con frecuencia, puede ser motivo de preocupación. Estos episodios suelen deberse a una aspiración, a la entrada accidental de alimentos o líquidos en las vías respiratorias. Hay una serie de causas potenciales, y el médico de su hijo desarrollará un plan de tratamiento basado en el caso único de su hijo.

Signos y síntomas

Aunque el atragantamiento y la tos son los signos más comunes, hay muchos síntomas posibles que acompañan a los trastornos de la deglución. Varían en el caso de los bebés y de los niños mayores.

En los bebés, los síntomas incluyen:
– Asfixia y tos durante la alimentación
– Signos de malestar durante la alimentación, como ojos llorosos, irritabilidad y muecas
– Tiempos de alimentación superiores a 30 minutos
– Enrojecimiento de la cara o coloración azul durante o inmediatamente después de la deglución
– Respiración más rápida o detenida durante la alimentación
– Chupada débil
– Respiración con sonido húmedo y vocalizaciones después de la alimentación
– Fiebre leve después de la alimentación
– Frecuentes infecciones de las vías respiratorias bajas

En niños mayores, los síntomas incluyen:
– Atragantamiento y tos al comer o beber
– Carraspeo frecuente
– Atragantamiento espontáneo por la saliva
– Voz húmeda después de las comidas
– Fiebre leve después de las comidas
– Quejas de que la comida se siente atascada
– Infecciones respiratorias bajas repetidas

Algunos niños no tienen ningún síntoma evidente. A menudo no se diagnostica hasta que se desarrolla una infección pulmonar.

Preocupaciones y complicaciones

Respirar repetidamente alimentos y líquidos es algo más que incómodo. Puede suponer un grave riesgo para la salud de su hijo. Los materiales que entran en las vías respiratorias pueden causar daños importantes en el delicado tejido pulmonar. También puede desencadenar infecciones como la neumonía por aspiración, una infección bacteriana que provoca la acumulación de líquido en los pulmones. La neumonía requiere un largo tratamiento con antibióticos y puede ser mortal.

En los niños pequeños y los bebés, los trastornos de la deglución dificultan la alimentación. Esto, a su vez, conduce a complicaciones como la deshidratación, la desnutrición y la pérdida de peso.

Causas y factores de riesgo

La causa más común de los trastornos de la deglución es la disfagia, una disfunción en los músculos de la garganta que controlan la deglución. La disfagia suele ser un síntoma de un problema subyacente mayor, como:
– Anomalías estructurales en el paladar o el esófago
– Enfermedad cardíaca
– Retraso en el crecimiento debido a un nacimiento prematuro, bajo peso al nacer o condiciones como el síndrome de Down
– Problemas del sistema nervioso por daño cerebral, parálisis cerebral u otros problemas
– Enfermedades neuromusculares como la distrofia muscular o la atrofia muscular espinal
– Procedimientos médicos que afectan a la garganta como la traqueotomía o una sonda nasogástrica

A veces, la dificultad es el resultado de una preocupación más indirecta como:
– Reflujo ácido (GERD) que empuja el contenido del estómago hacia la garganta
– Producción excesiva de saliva
– Mala coordinación y sincronización
– Rechazo de ciertos alimentos debido a condiciones como el autismo
– Letargo por otras condiciones médicas

Cómo obtener un diagnóstico

La deglución se divide en tres fases. Durante la fase oral, los alimentos entran y son manipulados en la boca. En la fase faríngea, los alimentos comienzan a entrar en la garganta. Las vías respiratorias deben cerrarse para evitar que entren alimentos y líquidos. En la fase esofágica, la garganta se mueve para permitir que la comida entre en el estómago sin que el contenido estomacal vuelva a subir. Un problema de atragantamiento puede surgir en cualquiera de estas fases, y se necesita una evaluación exhaustiva para identificar cuál de ellas.

La consulta de su hijo comenzará con una historia clínica completa, un examen físico y posiblemente algunos análisis de sangre. A continuación, puede esperar que su hijo reciba una evaluación clínica de la deglución. Durante esta sesión, se le dará a su hijo una variedad de sustancias para comer y beber. El médico evaluará el movimiento de su hijo, su comodidad, su comportamiento, su postura y cualquier asfixia o tos que se produzca.

Para ver mejor las estructuras de la garganta de su hijo, se pueden recomendar otras dos evaluaciones:
– Evaluación endoscópica con fibra óptica: se introduce una cámara diminuta en la garganta de su hijo para controlar las estructuras internas mientras traga
– Estudio de deglución de bario modificado: después de que su hijo beba una solución de bario para ayudar con las imágenes, la deglución se ve a través de rayos X

Tratamiento de la aspiración

Su otorrinolaringólogo desarrollará un plan de tratamiento basado en el punto del proceso de deglución en el que su hijo está teniendo dificultades y cuál es la causa subyacente.

Algunos tratamientos comunes incluyen:
– Cirugía para corregir anomalías estructurales como el paladar hendido
– Medicamentos o cirugía para tratar el reflujo ácido
– Medicamentos o cirugía para tratar la producción excesiva de saliva
– Cambiar la postura y la posición de su hijo durante las comidas
– Cambios en la dieta
– Terapia de alimentación, que incluye cosas como ejercicios de deglución y la introducción lenta de nuevos alimentos
– Manejo de la conducta

La mayoría de los trastornos de la deglución de los niños mejoran con el tiempo. Los niños con dificultades graves para tragar pueden necesitar una sonda de alimentación hasta que puedan comer con normalidad. Una sonda de alimentación, o sonda nasogástrica, es un tubo fino que pasa por la nariz hasta el estómago. El otorrinolaringólogo de su hijo controlará el estado de su hijo cuidadosamente y le ayudará a realizar la transición de vuelta a la alimentación normal tan pronto como sea posible.

Si sospecha que su hijo sufre de aspiración crónica, es importante buscar tratamiento antes de que surjan complicaciones graves. Llame a Pediatric ENT of Oklahoma para programar una consulta hoy mismo.

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