La anosmia es la pérdida parcial o total del olfato. La anosmia puede ser una condición temporal o permanente. Se puede perder parcial o totalmente el sentido del olfato cuando las membranas mucosas de la nariz están irritadas u obstruidas, como cuando se tiene un resfriado grave o una infección de los senos nasales, por ejemplo. Pero si la incapacidad olfativa no está relacionada con un resfriado o una infección de los senos paranasales, o no vuelve a aparecer después de que desaparezca la congestión, debes acudir al médico. Podría ser un síntoma de otro problema.
El sentido del olfato es importante para la salud y la nutrición en general, ya que la disminución de las sensaciones puede provocar falta de apetito y desnutrición, especialmente en las personas mayores. Un sentido del olfato alterado puede plantear otros problemas relacionados con la salud. Las personas con anosmia pueden consumir accidentalmente alimentos agrios o rancios porque son incapaces de detectar los olores que indican su deterioro. Las personas con anosmia también pueden no ser conscientes de que están respirando aire tóxico, contaminado o lleno de humo.
Aunque es poco frecuente, algunas personas nacen sin el sentido del olfato, lo que constituye una condición denominada anosmia congénita. Esto ocurre cuando hay un trastorno genético heredado o un desarrollo anormal del sistema olfativo (el sistema sensorial del cuerpo para el olfato) que ocurre antes del nacimiento. Lamentablemente, no hay cura para la anosmia congénita.