Si tu armario es como el mío, está lleno de cosas que probablemente deberías tirar.
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Tengo camisas vergonzosas que ya no me quedan bien, calcetines con agujeros enormes (que todavía uso) y pantalones de deporte voluminosos que nunca ven la luz del día (y que nunca deberían salir de mi apartamento).
Esta semana, Fast Company sacó a relucir el tema de la ropa en nuestra basura. Se estima que más de 10 millones de toneladas de textiles fueron enviadas a los vertederos en 2015 y que solo el 14,2% de todo el calzado y la ropa se recicló ese año, según la EPA.
¿Por qué somos tan malos reciclando nuestras camisetas y vaqueros? Para empezar, no todas las instalaciones de reciclaje aceptan ropa. Inevitablemente, donamos esa ropa a tiendas como Goodwill o Salvation Army, que si no se vende, acaba en la basura de todas formas (lo que no significa que no debas donarla, sólo que no todo lo que das encontrará un hogar).
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La ropa a menudo tampoco se puede reciclar para convertirla en ropa. En su lugar, se convierte en productos como trapos o se utiliza como aislante (y para aquellos que están personalmente apegados a su ropa, saber que su vestido de novia podría ser utilizado como un trapo de limpieza sería un gran obstáculo para saltar).
¿Pero cómo podemos deshacernos de nuestra ropa usada? Pues resulta que hay varias soluciones para tu problema de armario si tu centro de reciclaje no acepta textiles.