La película para las cámaras que utilizan el formato de 35 mm se vende como una tira larga de emulsión-recubierta de emulsión y perforada, enrollada en un casete hermético a la luz. Antes de cada exposición, se utiliza un mecanismo dentro de la cámara para sacar una zona no expuesta de la tira del casete y colocarla detrás del objetivo de la cámara. Cuando se han realizado todas las exposiciones, la tira se rebobina en el casete. Tras el revelado químico de la película, la tira muestra una serie de pequeñas imágenes en negativo. Normalmente se corta en secciones para facilitar su manejo. Las cámaras de formato medio utilizan película de 120, que produce una tira de negativos de 60 mm de ancho, y las cámaras de gran formato capturan cada imagen en una sola hoja de película que puede ser tan grande como 20 x 25 cm (8 x 10 pulgadas) o incluso más. Cada una de estas imágenes fotografiadas puede denominarse negativo y toda una tira o conjunto de imágenes puede denominarse colectivamente «los negativos». Son las imágenes maestras, de las que derivarán todas las impresiones positivas, por lo que se manipulan y almacenan con especial cuidado.
Muchos procesos fotográficos crean imágenes negativas: los productos químicos implicados reaccionan cuando se exponen a la luz, de modo que durante el revelado producen depósitos de partículas microscópicas de plata oscura o tintes de color en proporción a la cantidad de exposición. Sin embargo, cuando se crea una imagen negativa a partir de otra imagen negativa (como cuando se multiplican dos números negativos en matemáticas) se obtiene una imagen positiva. Esto hace que la mayor parte de la fotografía basada en productos químicos sea un proceso de dos pasos, que utiliza una película negativa y un procesamiento ordinario. Se han ideado películas especiales y procesos de revelado para poder crear imágenes positivas directamente en la película; se denominan películas positivas, o de diapositivas, o (tal vez de forma confusa) películas de inversión y procesamiento de inversión.
A pesar de que el mercado ha evolucionado alejándose de la película, sigue habiendo un deseo y un mercado para los productos que permiten a los fotógrafos de bellas artes producir negativos a partir de imágenes digitales para su uso en procesos alternativos como los cianotipos, el bicromato de goma, las impresiones en platino, y muchos otros.