Nam-myoho-renge-kyo

Los problemas y las dificultades son un hecho inevitable de la vida. La esencia del budismo es la convicción de que tenemos en todo momento la capacidad de superar ese sufrimiento. Este poder, inherente en lo más profundo de nuestras vidas, es la función de la Ley fundamental o principio que subyace en el funcionamiento de toda la vida y el universo.
Shakyamuni, el fundador del budismo, despertó por primera vez a esta ley hace unos 2.500 años, descubriendo que la capacidad de transformar el sufrimiento era innata dentro de su propia vida, así como en las vidas de todas las personas.
Esta ley fue percibida por Nichiren, un sacerdote budista del siglo XIII, que la llamó «Nam-myoho-renge-kyo». Nichiren desarrolló una práctica concreta basada en el Sutra del Loto que permite a todas las personas manifestar el poder de esta ley en sus vidas.
La práctica de cantar Nam-myoho-renge-kyo también puede describirse como un voto, una expresión de nuestra determinación de abrazar y hacer surgir nuestra naturaleza de Buda. Es un compromiso con uno mismo para no ceder nunca ante las dificultades y vencer el sufrimiento. Al mismo tiempo, es un voto para ayudar a otros a activar esta ley en sus propias vidas y alcanzar la felicidad.
Myoho-renge-kyo es el título del Sutra del Loto en japonés.
Nam viene del sánscrito namas, que significa dedicar o consagrarse. Aquí significa que uno abraza y cree en la ley.
Myo puede traducirse como místico o maravilloso, y ho significa ley. Esta ley se llama mística porque es difícil de comprender: la realidad de que la gente corriente, acosada por la ilusión y el sufrimiento, es inherentemente un Buda capaz de superar cualquier sufrimiento o dificultad y de ayudar a otros a hacer lo mismo.
Renge significa flor de loto. La flor de loto es pura y fragante, no está manchada por el agua turbia en la que crece. Del mismo modo, la belleza y la dignidad de nuestra humanidad surgen en medio de los sufrimientos de la realidad cotidiana.
Además, a diferencia de otras plantas, el loto produce flores y frutos al mismo tiempo. Esto ilustra el principio de la simultaneidad de la causa y el efecto; podemos hacer surgir el poder de la Ley Mística de nuestras vidas en cualquier momento.
Kyo significa literalmente sutra y aquí indica la Ley Mística, la ley fundamental que impregna la vida y el universo, la verdad eterna.
Cantar Nam-myoho-renge-kyo es un acto de fe en la Ley Mística y en la magnitud de las posibilidades inherentes a la vida. Nam-myoho-renge-kyo no es una frase mística que hace surgir un poder sobrenatural, ni tampoco es una entidad que nos trascienda y en la que nos apoyemos. Es el principio de que aquellos que viven con seriedad y hacen esfuerzos constantes vencerán todos los obstáculos y vivirán vidas satisfactorias y felices.

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