Continuación del anterior… La articulación del hombro está protegida superiormente por un arco, que está formado por la apófisis coracoides de la escápula, la apófisis acromion de la escápula y la clavícula. Es una articulación extremadamente móvil, en la que se ha sacrificado la estabilidad por la movilidad. Los huesos de la cintura pectoral (clavícula y escápula) proporcionan una mayor movilidad a la articulación del hombro al permitirle moverse en todas las direcciones.
Aunque tres ligamentos protegen y rodean la articulación del hombro, la mayor parte de su estabilidad proviene de los potentes músculos y tendones del manguito de los rotadores. El manguito de los rotadores está formado por cuatro músculos: el supraespinoso, el infraespinoso, el subescapular y el teres menor. Cada uno de estos músculos tiene su origen en la escápula y se inserta alrededor de la cabeza del húmero. Los tendones de estos músculos rodean y sostienen el húmero mientras la contracción de los músculos rota, aduce o abduce el húmero.
Alrededor de los músculos del manguito rotador hay muchos grupos de músculos que trabajan juntos para producir los diversos movimientos del hombro. Situado en la parte superior de la articulación del hombro, el músculo deltoides trabaja con el supraespinoso para abducir el brazo en el hombro. En la parte anterior del hombro, los músculos coracobraquial, serrato anterior, pectoral mayor y pectoral menor trabajan en grupo para flexionar y aducir la escápula y el húmero hacia el esternón. El dorsal ancho y el teres mayor, en la parte posterior, extienden y aducen el brazo hacia las vértebras de la espalda. Trabajando en la cintura pectoral, los músculos trapecio, romboide mayor y elevador de la escápula de la espalda elevan la escápula para encoger los hombros y mover la escápula posteriormente (como para alcanzar la espalda detrás del cuerpo).
Aunque la articulación se mantiene unida por estas extensas uniones de ligamentos y músculos, ciertos tipos de fuerzas pueden debilitar el hombro fácilmente. La articulación del hombro es vulnerable a dislocaciones por sacudidas repentinas del brazo, especialmente en los niños antes de que se hayan desarrollado músculos fuertes. Debido a la debilidad de esta articulación en los niños, los padres deben tener cuidado de no obligar a un niño a seguir tirando de su brazo. La dislocación del hombro es extremadamente dolorosa y puede requerir una reparación quirúrgica o incluso causar daños permanentes. El estrés repetitivo o repentino puede causar desgarros en los tendones del manguito de los rotadores y provocar dolor e inestabilidad de la articulación del hombro.