Piensa primero en la función
Las opciones pueden parecer desalentadoras, pero en realidad, las reglas son simples. Piensa en la función, el tejido y la silueta cuando consideres qué abrigo es el más adecuado para ti.
La función es lo más sencillo, aunque sólo sea porque el abrigo adecuado debería quedar tan bien sobre un traje como con unos vaqueros, aunque en realidad deberás decidir si estás pensando principalmente en los negocios o en el placer. También es posible que quieras considerar lo que llevas en general, y cómo vestirte según tu tipo de cuerpo.
Elige tu tejido
Habiendo establecido la función, tu elección de tejido, incluyendo el color y el patrón, seguirá naturalmente. Así, si quieres que sea impermeable, podrías considerar algo más ligero. La cachemira es más lujosa, pero potencialmente menos robusta, por lo que si llevas el abrigo con una mochila, los tirantes podrían provocar un efecto rebote en los hombros. Los colores más oscuros, como el negro y el azul marino, son más adaptables, pero el camel también es siempre elegante. Cuanto más formal sea el estilo, mejor funcionará en tonos conservadores como el negro, el azul marino y el gris. Si te apetece algo más atrevido, deberías considerar los estilos más informales, como un peacoat o un duffle.
Considera la silueta
Por último, la silueta. Quieres que un abrigo sea lo suficientemente largo como para cubrir cómodamente la parte inferior de un traje de chaqueta, pero no tan largo como para que parezca que puedes ir sobre ruedas. La opción con cinturón puede parecer más voluminosa que un abrigo de un solo pecho que acabe por debajo de la rodilla. ¿Sueles llenar los bolsillos? (Recuerde que las llaves sueltas y el cambio pueden, con el tiempo, crear agujeros en el forro). Por último, es posible que busque un abrigo de corte entallado, pero hay que tener en cuenta que, como el abrigo se lleva sobre otras prendas, probablemente no quiera algo demasiado entallado. El abrigo lo llevarás durante los meses más fríos, por lo que no debería estar demasiado ceñido al cuerpo. Podría acabar pareciendo incómodamente ajustado cuando se añadan capas gruesas debajo.
Elige una pieza de inversión
Al final del día, la función de un abrigo no es conseguir que te fotografíen los fotógrafos de street-style, ni ganarte el respeto de tus amigos y conocidos, sino mantenerte a salvo y protegido de los aullantes vientos del invierno. Por eso, a la hora de pensar en qué abrigo llevar, hay que elegir un tipo de prenda que dure. Pocas cosas hacen esto mejor, y con más estilo, que una parka. Un abrigo de piel de oveja es, sin duda, una declaración de intenciones, pero no muestra signos de desaparecer de la agenda de estilo. Puedes hacerte con uno con la seguridad de que estarás muy cómodo y a la vanguardia del estilo durante las próximas temporadas. Para que perdure, lo mejor es pecar de clásico. El abrigo de color camel, de eficacia probada, te servirá durante décadas, tanto si te lo pones el fin de semana como si lo llevas sobre un traje de raya diplomática en un almuerzo de poder en Wall Street. Son muchas opciones, lo sabemos. Pero una vez que sepas qué abrigos se adaptan a tu tipo de cuerpo, puedes considerar la posibilidad de invertir en más de uno de ellos.
Comprueba la longitud de las mangas del abrigo
Ten en cuenta que los abrigos off-the-peg, al igual que los trajes off-the-peg, no siempre se ajustan perfectamente desde, bueno, la clavija, especialmente en las mangas. Lo ideal es que terminen justo después del hueso de la muñeca, para que pueda ver la totalidad de su mano. Si las mangas son más largas, el abrigo parecerá una prenda de segunda mano.