Me Siento Fea – 4 Estrategias Para Ayudarte a Saber Cómo Dejar de Sentirte Fea

La cruda realidad del significado de la «apariencia» para las personas puede ser tremenda.

Sentirse feo proviene de los pensamientos y las emociones, y tiene poca relación con la realidad de lo hermosa que es la persona en realidad. Su belleza viene en muchas formas, algunas de las cuales son su apariencia física.

¿Te encuentras pensando, «me siento feo’? Es posible que quieras saber cómo dejar de sentirte feo, pero te sientes impotente para que esa voz en tu cabeza deje de acosarte.

Muchas personas se llaman a sí mismas feas -incluso horribles- más veces de las que creerías. Cuando estas denominaciones se pronuncian hacia el único cuerpo o rostro que se tiene, conllevan una enorme cantidad de dolor.

Tanto las mujeres como los hombres sienten un inmenso dolor.

Esta creencia negativa afecta a las mujeres y a los hombres y puede ser debilitante para ambos géneros y su salud mental.

Si te estás llamando feo, te estás haciendo daño a ti mismo y a los que te rodean. Ser testigo de tu tormento puede ser doloroso para quienes te quieren y desean que sepas lo hermosa que creen que eres.

Pero, ¿cómo puedes detener la voz que te llama poco atractiva o antiestética sin deshacerte por la presión y el dolor?

Una cosa interesante a tener en cuenta es que, independientemente del lugar del espectro estético en el que se sitúe la gente, hay al menos momentos fugaces en los que no te sientes tan agarrado por tu percibida «fealdad»

Al examinar los momentos de fealdad, algunos de los problemas a los que te enfrentas podrían ser:

1. El foco de tu atención

2. La repetición de un mensaje negativo

3. Comprobar o evitar obsesivamente los espejos

4. Buscar la autoestima en otras personas

Es posible romper el desagradable patrón de destruir tu autoestima convenciéndote de que eres feo. En primer lugar, necesitas saber qué factores desencadenantes te impulsan a buscar patrones negativos en tu percepción de ti mismo.

Aquí tienes los 4 aspectos que pueden hacerte sentir feo y cómo puedes detenerlos.

Enfocarte en tus defectos.

Es posible que enfoques tu atención en tus defectos. Esto significa que mientras te fijes en los defectos de ti mismo, no podrás sentirte mejor.

Sólo cuando permitas que tu conciencia se dirija a otro lugar que no sea «el problema» podrás empezar a mejorar y dejar de sentirte mal.

No centres tu atención en tus defectos. Es una tarea difícil. Como dice el Dr. Joe Dispensa: «Donde pones tu atención es donde va tu energía».

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En lugar de eso, intenta dar pasos de bebé. Acéptate tal y como eres. Intenta estar agradecida por tu cuerpo apreciando las pequeñas cosas, como el hecho de que tu cuerpo te lleve de un sitio a otro, o te permita cantar, bailar y sonreír.

Sólo una vez que te aceptes a ti misma podrás empezar a notar las cosas de ti que son verdaderamente hermosas.

Repetir un mensaje negativo.

En general, muchas personas se quedan atrapadas en alguna zona de su cuerpo -o en todo su cuerpo- cuando se llaman a sí mismas feas. Y cuando te quedas atrapado en este ciclo, hay un mensaje que se repite automáticamente en tu mente.

El origen del mensaje varía; podría haber empezado con un comentario desprejuiciado o malintencionado de un amigo, un novio, la cultura, un familiar o incluso alguien que apenas conoces.

Recuerda que los mensajes que escuchas sobre quién es bello y qué aspecto es encantador son sesgados, distorsionados o falsos. Estos puntos de vista sólo consideran hermoso a un pequeño grupo de individuos.

Intenta cambiar el mensaje que te dices a ti mismo cuando te sientes feo. En lugar de decirte: «¡Eres repugnante!», intenta ser amable y agradecerte a ti mismo cuando aparezcan esos mensajes negativos.

Estás obsesionado con los espejos.

Cuando se sienten antiestéticos, algunos buscan la ayuda de un espejo para comprobar o arreglar los defectos. Para algunos, este afán de comprobación puede llegar a ser excesivo. Para otros, el impulso de evitar los espejos a toda costa puede llegar a ser obsesivo.

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Tendencia en YourTango:

¡Puede que sientas que los espejos están malditos! Hagas lo que hagas con los espejos, la intención no debe ser sufrir.

Intenta mirar con ojos suaves cuando te enfrentes a ti mismo en el espejo. Trata la imagen que ves como lo harías con un buen amigo.

No te cortes en pedacitos. Eres una persona completa.

Confías en la validación de los demás.

Muchos miden su autoestima evaluando su belleza según los estándares de otras personas. Esta estrategia es muy poco útil porque la evaluación de tu apariencia depende de los estados de ánimo y los pensamientos en situaciones particulares.

La imagen en el espejo no es el lugar para buscar la autoestima, especialmente porque te sientes vulnerable al respecto. Al menos de momento, busca tu valía en otro lugar.

Recuerda las cualidades que ofreces al margen de la belleza física.

Puede que tengas hijos que te adoran o una pareja a la que haces reír a la primera de cambio. Puede que tus amigos crean que tu belleza reside en tu agudo ingenio, o en la forma en que todo tu rostro se ilumina cuando sonríes.

No importa quién seas, sólo una pequeña porción de tu autoestima debe derivarse de la apariencia.

Hay muchas otras formas en las que enriqueces el mundo con la belleza. Cuando empieces a buscarlas en lugar de decirte a ti mismo lo feo que crees que eres, es cuando vas a empezar a ser capaz de apreciar toda la belleza que tienes que ofrecer.

Iréné Celcer es una psicoterapeuta y autora que trabaja con problemas de alimentación, preocupaciones corporales y cuerpos divergentes en Georgia, Florida y Buenos Aires, Argentina. Para más información sobre cómo puede ayudarte, visita su página web.

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