24 de noviembre de 2010- Los populares inhibidores de la bomba de protones (IBP), tanto de venta libre como con receta, no parecen aumentar el riesgo de defectos congénitos cuando se toman durante el primer trimestre del embarazo, según un estudio.
En el estudio, el 2,6% de los más de 840.000 nacidos vivos ocurridos en Dinamarca entre enero de 1996 y septiembre de 2008 presentaban defectos congénitos importantes. El estudio mostró que el 3,4% de los 5.082 bebés cuyas madres tomaron IBP durante las cuatro semanas anteriores a la concepción hasta el primer trimestre fueron diagnosticados con un defecto congénito importante. Por el contrario, el 2,6% de los 835.886 bebés cuyas madres no tomaron estos fármacos reductores de la acidez durante el mismo periodo de tiempo fueron diagnosticados con un defecto congénito importante.
El estudio se publica en el New England Journal of Medicine.
Los investigadores hicieron un análisis de los datos del estudio sobre el uso de IBP limitado al periodo de tiempo durante el primer trimestre del embarazo. Desde el punto de vista estadístico, no se observó un aumento significativo del riesgo de defectos de nacimiento entre los hijos de las mujeres que tomaron IBP -incluidos Aciphex, Nexium, Prevacid, Prilosec y Protonix- durante su primer trimestre de embarazo en comparación con las mujeres que no tomaron estos fármacos durante el primer trimestre de embarazo.
«No encontramos ninguna asociación significativa entre el uso de IBP durante el primer trimestre del embarazo y el riesgo de defectos congénitos importantes», concluyen los investigadores del estudio, Björn Pasternak, MD, PhD, y Anders Hviid, del Statens Serum Institut de Copenhague (Dinamarca).
«Este es el mayor y mejor estudio realizado hasta la fecha, y en general es tranquilizador sobre el uso de IBP en el embarazo», afirma el doctor Allen A. Mitchell, director del Centro de Epidemiología Slone del Centro Médico de la Universidad de Boston, en Boston. Mitchell escribió un editorial que acompaña al nuevo informe.
Dicho esto, se necesitan más estudios para respaldar el uso seguro de los IBP durante el embarazo, afirma.