En Vitoria, España, una masiva fuerza aliada británica, portuguesa y española, bajo el mando del general británico Arthur Wellesley, derrota a los franceses, poniendo fin a la Guerra Peninsular.
El 16 de febrero de 1808, con el pretexto de enviar refuerzos al ejército francés que ocupaba Portugal, el emperador francés Napoleón Bonaparte invadió España. Así comenzó la Guerra Peninsular, una importante fase de las Guerras Napoleónicas que se libró entre Francia y gran parte de Europa entre 1792 y 1815. Durante las primeras semanas tras su invasión de España en 1808, las fuerzas francesas capturaron Pamplona y Barcelona y el 19 de marzo obligaron al rey Carlos IV de España a abdicar. Cuatro días después, los franceses entraron en Madrid bajo el mando de Joaquín Murat. A principios de mayo, Madrid se rebeló y el 15 de junio el hermano de Napoleón, José, fue proclamado nuevo rey de España, lo que provocó una revuelta general antifrancesa en toda la Península Ibérica.
En agosto, una fuerza expedicionaria británica al mando de Arthur Wellesley, más tarde duque de Wellington, desembarcó en la costa portuguesa para expulsar a los franceses de la Península Ibérica. A mediados de 1809, los franceses fueron expulsados de Portugal, pero España se mostró más esquiva. Así comenzó una larga serie de campañas entre franceses y británicos en España, en las que los británicos contaron con la ayuda de pequeñas bandas de irregulares españoles conocidas como guerrillas.
Finalmente, el 21 de junio de 1813, 80.000 tropas aliadas al mando de Wellesley derrotaron al ejército de 66.000 hombres de José Bonaparte y el mariscal Jourdan en Vitoria, a 175 millas al noreste de Madrid. En octubre, la Península Ibérica estaba liberada y Wellesley se lanzó a invadir Francia. Los aliados habían penetrado en Francia hasta Toulouse cuando les llegó la noticia de la abdicación de Napoleón en abril de 1814, poniendo fin a la Guerra Peninsular.