Consideradas durante mucho tiempo como moléculas proinflamatorias, las prostaglandinas (PGs) también tienen efectos antiinflamatorios. Tanto la prostaglandina D2 (PGD2) como su producto final de deshidratación, la 15-deoxi-Delta-prostaglandina J2 (15d-PGJ2), parecen desempeñar un papel importante en la regulación de la inflamación, a través de mecanismos tanto dependientes de los receptores (receptores DP1 y DP2) como independientes de los mismos. Los efectos intracelulares de la PGD2 y la 15d-PGJ2 que pueden suprimir la inflamación incluyen la inhibición del factor nuclear-kappaB (NF-kappaB) por múltiples mecanismos (inhibición de la quinasa IkappaB y bloqueo de la unión nuclear del NF-kappaB) y la activación del receptor activado por el proliferador de peroxisomas-gamma (PPAR-gamma). La prostaglandina F2alfa (PGF2alfa) también puede tener importantes efectos antiinflamatorios, aunque los datos actuales son limitados. En modelos animales, la expresión de las sintasas de PGD y PGF disminuye durante la inflamación aguda, para volver a aumentar durante la fase de resolución, lo que sugiere su posible papel en la resolución de la inflamación. La prostaglandina E2 (PGE2), el modelo clásico de mediador lipídico proinflamatorio, también tiene efectos antiinflamatorios potentes y dependientes del contexto. Así pues, cada vez hay más datos que sugieren que las PG no sólo participan en la iniciación, sino que también pueden contribuir activamente a la resolución de la inflamación. De hecho, los inhibidores clásicos de la síntesis de PG, como los inhibidores no selectivos y los selectivos de la ciclooxigenasa-2 (COX-2) (antiinflamatorios no esteroideos), pueden prolongar la inflamación cuando se administran durante la fase de resolución. Estos efectos pueden regular no sólo la inflamación tisular sino también la enfermedad vascular, lo que posiblemente arroje luz sobre la controversia que rodea al uso de antiinflamatorios no esteroideos y su relación con el infarto de miocardio. En esta revisión, resumimos el conocimiento actual de las PG como moléculas dicotómicas en el proceso inflamatorio.