El mundo y el universo mayor, han sido descritos durante mucho tiempo como unidos por cinco elementos: Agua, Metal, Tierra, Fuego y Espacio. Además de las propiedades físicas, estos elementos pueden influir en nuestra personalidad y en nuestro yo más profundo. Lo más importante es que los diferentes elementos son más prominentes en las diferentes personas, sin que haya más de uno o dos elementos dominantes en cualquier individuo. Una vez que encuentres tu elemento influyente, puede describir y descubrir ciertos aspectos y detalles sobre tu personalidad que de otro modo permanecerían ocultos.
Entonces, ¿a cuál de los cinco elementos perteneces?
Agua
Las personas de agua son intuitivas, emocionales, profundamente creativas, empáticas, espirituales y psíquicas. El agua permite a las personas conectar con los demás emocionalmente. Como el agua, buscas ser la tierna corriente que esculpe cañones, construyendo algunas de las obras maestras más famosas del mundo con poco o ningún esfuerzo, ya que muestras todos los pasos necesarios para que tú y los demás alcancen el éxito. Es importante entonces, aprender a afinar las emociones a través de la meditación y ver el valor del agua.
Las personas con esta personalidad tienen los pies en la tierra, son prácticas, disciplinadas y centradas. Siempre buscan traer la paz al mundo. Las reglas, la instrucción y los resultados combinados con una rutina confiable son lo que aprecian. También son súper organizados y limpios. Esto los convierte en fantásticos solucionadores de problemas. Además, debido a su constante necesidad de unidad, les convierte en los mejores líderes natos.
Las personas con personalidad de Fuego se dejan llevar por las cosas que más les apasionan en el mundo. Son impulsivos, entusiastas, inspiradores, humoristas, dramáticos, divertidos y artistas naturales. Es importante recordar que las personas de Fuego hablan y actúan directamente desde el corazón. Lo demuestran sobre todo cuando salen con un grupo de amigos o a una fiesta. Sí que reúnes a toda la sala y animas a los demás a luchar por las cosas en las que creen.
Aire:
Esta categoría de personas disfruta de los viajes, la aventura, la libertad y los esfuerzos atléticos que requieren movimiento. Son quizás de voz suave con arrebatos intermitentes. Sus colores favoritos son el blanco, los pasteles o el amarillo y visten con tejidos ligeros y vaporosos. Las personas rígidas y preocupadas por las normas no les gustan. Las personas de Aire son bastante inteligentes y a menudo racionales. Algunas personas de Aire son librescas y silenciosas. El Aire sigue siendo el elemento de la palabra, por lo que las personas de Aire también pueden hilar historias coloridas, ser entretenidas. Las personas de Aire también destacan por mantener varias ideas en su cabeza o por hacer varias cosas a la vez. Dado que el compromiso no es algo natural para este grupo de personas y que, por lo general, no están en contacto con sus sentimientos, las personas de Aire pueden experimentar dificultades en las relaciones. Sin embargo, la persona de Aire puede elegir equilibrar su naturaleza aérea con la relación y la practicidad y enriquecer su vida.
El elemento Espacio es el primero de los cinco grandes elementos. Viene primero porque es el más sutil de los elementos. La personalidad del Espacio tiene cualidades, basadas más en la ausencia de su cualidad opuesta que en la propia cualidad. Las personas del Espacio son ligeras porque carecen de la pesadez creada por la personalidad de la tierra y el agua. También son sutiles porque carecen de la presencia profunda de los elementos más evidentes. Además, la personalidad del Espacio sigue siendo la más expansiva de los demás elementos. Sin forma ni fronteras, las personas del Espacio no tienen límites en lo que se aventuran. Debido a su cualidad expansiva, el Espacio es la causa de la diferenciación.
Ahora que has encontrado el elemento que más impulsa tu personalidad, es el momento de armonizar los cinco elementos para sacar el máximo partido. Debemos manejarnos en la vida reflejando los cinco elementos, ya que son los bloques de construcción esenciales de nuestro universo.