Image caption’El rey envía una señal de que no se le puede tocar’ Tamara Loos, profesora de historia y estudios tailandeses en la Universidad de Cornell, sugiere que la falta de transparencia sobre lo que ocurrió exactamente es clave para entenderlo.
«En cualquier situación como ésta se encuentra un sistema de patrocinio entre bastidores. Sineenat podría haber sido parte de ese sistema de patronazgo y podría haber jugado de una manera que no le funcionó bien», dice, insinuando un posible faccionalismo en la corte.
Añade que el lenguaje de la declaración en la que se establece su degradación es «una reminiscencia de una época en la que las mujeres no podían tener poder político directo y, por tanto, las formas en las que se hablaba de las mujeres con «influencia» era que eran ambiciosas».
Para la señora Loos, la declaración está en línea con lo que ella identifica como el «ascenso de una monarquía absoluta moderna en Tailandia».
¿Qué le espera?
Hasta ahora, la consorte caída sólo ha sido despojada de sus títulos y no está claro qué más le espera.
«No tenemos ni idea de lo que va a pasar con ella», explica el señor Pavin, que añade que es poco probable que los procedimientos sean transparentes.
Así como la narración de su pasado fue controlada por el tribunal, lo mismo ocurrirá probablemente con su futuro.
La repentina degradación de Sineenat tiene ecos de lo ocurrido con dos de las anteriores esposas del rey Vajiralongkorn.
En 1996, denunció a su segunda esposa, Sujarinee Vivacharawongse -que huyó a Estados Unidos- y repudió a los cuatro hijos que tuvo con ella.
En 2014, su tercera esposa Srirasmi Suwadee -que se encuentra en paradero desconocido- fue despojada de todos sus títulos y desterrada de la corte, mientras que sus padres fueron detenidos y encarcelados por lesa majestad. Su hijo, que ahora tiene 14 años, ha sido criado por él.
Sus anteriores esposas nunca han hecho declaraciones sobre sus circunstancias particulares.
¿Qué más nos dice esto?
Desde que llegó al poder, el rey Vajiralongkorn ha ejercido sus poderes de forma más directa que su padre.
A principios de este año, las dos unidades más importantes del ejército en la capital, Bangkok, fueron puestas directamente bajo su mando, mostrando una concentración de poder militar en manos reales sin precedentes en la Tailandia moderna.
«El lenguaje brutal y contundente utilizado por el tribunal para denunciar a Sineenat es la forma en que el rey quiere legitimar el castigo para ella», explica el señor Pavin.