HISTORIA DE LA ELECTRICIDAD

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ALTA DISTANCIA

Estas primeras centrales eléctricas funcionaban con corriente continua, lo que impedía transportar la electricidad a largas distancias. Otro genio solucionó este problema: Nicola Tesla y su apuesta por la corriente alterna. En 1895, construyó con el industrial George Westinghouse la central hidroeléctrica de las cataratas del Niágara, que llevaba la electricidad a Búfalo, que estaba a 40 kilómetros. La electrificación del mundo había comenzado y, con ello, la segunda revolución industrial.

Dos nuevos proyectos impulsaron este proceso en 1898: la central hidroeléctrica de Decew Falls, en Ontario (Canadá), fue la primera en generar electricidad de alto voltaje en el mundo, que sería transportada a largas distancias; la central de Rheinfelden (Alemania) fue la primera en utilizar corriente alterna trifásica de 50 Hz, hoy estándar en casi todo el mundo.

En 1900, el 40% de la electricidad de Estados Unidos procedía de centrales hidroeléctricas. En 1940 era el 30% y actualmente es sólo el 10%. En 1951 se inauguró la primera central nuclear experimental en Ohio (Estados Unidos). Durante el siglo XX, los combustibles fósiles y las centrales nucleares sustituyeron al agua para generar energía en todo el mundo. ¿Cuál es el reto del siglo XXI? Sin duda, sustituirlos por más fuentes de energía renovable.

Historia de Iberdrola

SOL Y AIRE

La idea de concentrar los rayos del sol para aprovechar su calor proviene de la antigua Grecia, pero Frank Shuman fue un pionero y el primero en comercializarlo como una solución comercialmente viable. Creó la Sun Power Co. en 1911, construyendo el primer parque solar en Tancony (Estados Unidos). Sin embargo, su mayor proyecto, truncado por la Primera Guerra Mundial, era un parque solar de 52.000 km2 en el desierto del Sahara, que generaría energía suficiente para abastecer a todo el planeta.

El aprovechamiento de la energía del sol con paneles fotovoltaicos comenzó en los años 60. En 2016 se instalaron un total de 75 GW de este tipo de energía en todo el mundo, un 50% más que en 2015. Se espera que la potencia mundial instalada alcance los 750 GW en 2025, con China como principal impulsor, según un informe elaborado por Globaldata.

La eólica es otra de las fuentes de energía limpia y renovable, con mayor crecimiento a nivel mundial durante la última década. El primer aerogenerador de 200 kW se instaló en la costa danesa en 1956. Hoy, la potencia mundial instalada se acerca a los 500 GW. Asimismo, Europa instaló 1.558 MW de aerogeneradores marinos en 2016 -principalmente en Alemania, Holanda y Reino Unido-, alcanzando una potencia total acumulada de 12.631 MW, según la Asociación Europea de Energía Eólica (WindEurope).

El sueño de una energía limpia e interminable podría hacerse realidad en el futuro si el proyecto ITER logra sus objetivos para 2027. Es decir, la fusión nuclear, la energía de las estrellas, reproducida en un reactor de confinamiento magnético. Como combustible se utiliza el hidrógeno, uno de los elementos más abundantes en nuestro planeta.

¿Cuál de estas energías sustituirá al petróleo en los libros de historia y nos proporcionará una energía limpia, sostenible e interminable en el futuro? La respuesta llegará en unas décadas.

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Gestionando la red

La electricidad es un producto bastante complejo: se genera, se distribuye por la red y se vende al usuario final. Por eso la red es tan importante: debe estar formada por un sistema con varias fuentes de generación, donde se pueden añadir o sustituir fuentes.

Las centrales solares y los aerogeneradores no producen electricidad durante una noche de verano sin viento. Además, durante los periodos de sequía, el uso del agua para la generación de electricidad será limitado. Si los hogares encienden sus sistemas de aire acondicionado y generan un pico de demanda, habrá que intensificar el uso de las centrales térmicas o comprar energía adicional a los países vecinos. La red y sus gestores deben estar preparados para atender la demanda con los recursos necesarios.

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