La obra se centra en las imágenes de la Guerra del Golfo que causaron sensación en todo el mundo en 1991. En las tomas realizadas desde los proyectiles que se dirigían a sus objetivos, la bomba y el reportero eran idénticos, según una teoría propuesta por el filósofo Klaus Theweleit. Al mismo tiempo, era imposible distinguir entre las imágenes fotografiadas y las simuladas (por ordenador). La pérdida de la «imagen genuina» significa que el ojo ya no tiene un papel como testigo histórico. Se ha dicho que lo que se puso en juego en la Guerra del Golfo no fue un nuevo armamento sino una nueva política de imágenes. De este modo se crearon las bases de la guerra electrónica. Hoy en día, el kilo-tonelaje y la penetración son menos importantes que el llamado ciclo C3I que ha llegado a rodear nuestro mundo. C3I se refiere a Mando, Control, Comunicaciones e Inteligencia, y significa sistemas de alerta temprana globales y tácticos, vigilancia de áreas mediante sensores sísmicos, acústicos y de radar, radiogoniometría, vigilancia de las comunicaciones de los adversarios, así como el uso de interferencias para suprimir todas estas técnicas. Harun Farocki explora la cuestión de cómo las tecnologías de imagen militares se abren paso en la vida civil.
(Declaración de producción)