Guggenheim Bilbao

Introducción

Obra del arquitecto estadounidense Frank O. Gehry, el Museo Guggenheim ha jugado un papel fundamental en la revitalización y transformación urbanística de la zona, además de convertirse en el símbolo de la ciudad de Bilbao, España. El edificio es un perfecto ejemplo de la arquitectura más vanguardista del siglo XX y representa un hito por su innovador diseño arquitectónico tanto en el extranjero como en el país, constituyendo un seductor telón de fondo para la exposición de arte contemporáneo. Se puede visitar tanto el interior como el exterior del edificio.

Situación

Se sitúa en una parcela de 32.500 metros cuadrados, de los cuales 24.000 metros cuadrados están ocupados por la edificación. 9.066 metros cuadrados se dedican a espacios expositivos.

El museo se sitúa 16 metros por debajo de la cota de la ciudad en la desembocadura del Nervión.
El Puente de La Salve, una de las principales entradas de la ciudad, atraviesa el edificio.

Concepto

El diseño del edificio sigue el estilo de Frank Gehry. Inspirado en las formas y texturas de un pez, puede considerarse una escultura, una obra de arte en sí misma. Las formas no tienen razón de ser ni se rigen por ninguna ley geométrica. El museo es esencialmente un caparazón que evoca la pasada vida industrial y portuaria de Bilbao. Consiste en una serie de volúmenes interconectados, algunos formados por piedra revestida ortogonalmente y otros por un dkeleton de titanio cubierto por una piel orgánica. La conexión entre los volúmenes es creada por la piel de vidrio.
El museo se integra en la ciudad tanto por su altura como por los materiales utilizados. Al estar por debajo de la cota de la ciudad, no sobrepasa al resto de los edificios. La piedra caliza, de tono arenoso, fue seleccionada especialmente para este fin. Visto desde el río, la forma se asemeja a un barco, pero visto desde arriba se parece a una flor.

Espacios

Bajo la apariencia caótica creada por la oposición de formas regulares fragmentadas con piedra revestida, formas curvas revestidas de titanio y grandes paredes de cristal, el edificio se construye en torno a un eje central; el vestíbulo, de 50 metros de altura, un monumental espacio vacío rematado por una cúpula metálica. A su alrededor, un sistema de puentes curvos, ascensores de cristal y torres de escaleras conectan las 19 galerías repartidas en tres plantas, que combinan el espacio rectangular clásico con otras formas y proporciones únicas, todo ello iluminado por el cenit de la cúpula. Las exposiciones temporales y las obras de gran formato tienen cabida en una galería de unos 30 m. de ancho y casi 130 m. de largo, libre de columnas, situada en el volumen que pasa bajo el puente de La Salve.

Estructura

Debido a su complejidad matemática, las sinuosas curvas fueron diseñadas con un software de diseño tridimensional llamado Catia, que permitió diseños y cálculos que, años antes, no habían sido posibles.

El edificio está construido con muros de carga y techos, que tienen una estructura interna de varillas metálicas que forman retículas con triángulos. Las formas del museo no podrían haber tenido éxito si no se utilizaran muros y techos de carga. Catia determinó el número de barras necesarias en cada lugar, así como las posiciones y orientaciones de las mismas. Además de esta estructura, las paredes y los techos tienen varias capas aislantes y un revestimiento exterior de titanio. Cada pieza es única y exclusiva para el lugar, determinada por Catia.

Materiales

Construido con piedra caliza, vidrio y titanio, el museo utilizó 33.000 piezas de titanio de medio milímetro de grosor, cada una con una forma única adecuada a su ubicación. Al ser piezas tan finas, es necesario un ajuste perfecto a las curvas. El vidrio tiene un tratamiento especial para dejar pasar la luz del sol, pero no su calor.

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