El Campo de’ Fiori, cerca del lugar donde fue asesinado Julio César, es el mercado de Roma y también el lugar donde se ejecutaba a los herejes. Allí se amontonaron los faggots para el filósofo y mago Giordano Bruno, condenado a muerte por hereje obstinado. Al negársele la clemencia habitual de la estrangulación, fue quemado vivo.
La filosofía de Bruno es incomprensible hoy en día, salvo para los especialistas. Pocos la habrían entendido en su época, pero se interesó peligrosamente por la tradición europea de la alta magia, redescubierta en el Renacimiento y originada en los cultos gnósticos, los textos herméticos, las religiones de misterio y las especulaciones ocultas del mundo clásico.
Originalmente de Nola, cerca de Nápoles, se hizo dominico, pero pronto fue sospechoso por sus ideas poco ortodoxas. Se trasladó a Ginebra, pero resultó igualmente inaceptable para las autoridades calvinistas y tuvo que ir a París y Londres, donde encontró una mayor tolerancia en las cortes de Enrique III y la reina Isabel. En Londres, en la década de 1580, parece haber actuado como agente secreto, espiando a los católicos romanos para Sir Francis Walsingham, jefe de inteligencia de Isabel. Más tarde vagó de una ciudad universitaria alemana a otra, escribiendo y dando conferencias y ganándose la desaprobación de los luteranos, hasta que en 1591, sin una razón clara, dio el paso mortalmente peligroso de regresar a Italia. En Venecia fue delatado a la Inquisición y en 1593 fue trasladado a Roma, donde fue encarcelado e interrogado durante seis años antes de que se dictara la sentencia definitiva. Cuando le leyeron la sentencia, dijo a sus jueces: «Quizá vuestro miedo al juzgarme sea mayor que el mío al recibirla».
Mucho después, en el siglo XIX, Giordano Bruno se convirtió en un héroe para los nacionalistas italianos. No es que entendieran una palabra de él, pero lo adoptaron como un mártir en la causa de la libertad de pensamiento, y cuando Roma se liberó del yugo del Papa, se erigió una estatua de Bruno en el Campo de’ Fiori, donde permanece hasta hoy.