El nombre tiene mucho significado religioso en las religiones abrahámicas. Eva, según la tradición abrahámica, es muy querida como madre de toda la humanidad. Fue la primera mujer que Dios creó, y fue tanto la esposa como la compañera de Adán.
En la Torá se describe a Eva con el nombre de Havah
La Iglesia católica, por antigua tradición, reconoce a Adán y Eva (en latín: Adam et Eva) como santos. Y la tradicional fiesta litúrgica de los santos Adán y Eva se celebraba el 24 de diciembre desde la Edad Media. El nombre de Eva se encuentra por primera vez en Inglaterra en el siglo XII. Sin embargo, el nombre no ganó mucha popularidad hasta la Reforma Protestante. Como se comenta en el libro Adán y Eva en la Reforma Protestante, de Kathleen M. Crowther «La historia de Adán y Eva, omnipresente en el arte y la literatura de la época, desempeñó un papel central en las controversias religiosas de la Europa del siglo XVI… La historia de Adán y Eva tuvo una importancia fundamental para los reformadores protestantes del siglo XVI, que trataban de fundamentar la creencia y la salvación cristianas en la gracia gratuita de Dios…»
En la Inglaterra anterior a la Reforma, el uso del nombre Eva se asociaba más comúnmente con los judíos, que utilizaban la forma de Chavah/Havah. El nombre en la forma de Haya (también deletreado Haiya, Chaya, o menos comúnmente, Kaya) y Haim también se derivan de la raíz de Chavah/Havah; todas las variaciones se encuentran comúnmente en todo el mundo, especialmente en el Medio Oriente, hasta el día de hoy. Ejemplos famosos de personas con estos nombres son la princesa Haya de Jordania, Haim Saban y Víctor Raúl Haya de la Torre.
El propio nombre Evelyn deriva de Eve, y fue uno de los nombres más populares para niñas entre 1910-1930.