16 de enero de 2013
Por Sabina Martyn
Como canadiense de ascendencia esrilanquesa, formo parte de la creciente diáspora que vive en Occidente y que creció hablando inglés como primera lengua. Desde que llegué a Sri Lanka como becaria de LankaCorps, he podido explorar mi «lengua materna», tomando clases tanto de tamil como de cingalés. En Sri Lanka, una nación asolada por décadas de violentos conflictos étnicos, he descubierto que la identidad de uno está inextricablemente ligada a la lengua.
La lengua sigue siendo una fuerte fuerza divisoria entre la población de Sri Lanka, compuesta por un 75% de cingaleses y un 24% de tamiles. Arriba, un agente de policía asiste a una formación en lengua tamil, apoyada por la Fundación Asia, en Vavuniya, en el norte. Foto/Karl Grobl
La población de Sri Lanka está compuesta por un 75% de cingaleses y un 24% de tamiles (11% de tamiles de Sri Lanka, 9% de moros y 4% de tamiles indios), con comunidades más pequeñas de malayos, birmanos y otros. La guerra civil de Sri Lanka, que finalizó en 2009, se desencadenó en parte por la introducción de políticas lingüísticas que crearon divisiones por motivos étnicos y lingüísticos. En 1956, la Ley de la Lengua Oficial nº 33 declaró el cingalés como única lengua oficial, en sustitución del inglés, que se había impuesto bajo el dominio colonial británico. En 1958, en respuesta a las quejas de la población de habla tamil, el gobierno aprobó la Ley de la Lengua Tamil (Disposiciones Especiales), en la que el tamil fue declarado lengua oficial en el norte y el este, de mayoría tamil. La 13ª enmienda de 1987 al artículo 18 de la Constitución de 1978 establecía que «la lengua oficial de Sri Lanka es el cingalés», mientras que «el tamil será también una lengua oficial», con el inglés como «lengua de enlace». Aunque esto reconocía tanto el cingalés como el tamil como lenguas oficiales, la redacción seguía siendo polémica, ya que algunos percibían que se refería al tamil en un sentido secundario. En respuesta, en 1988, la 16ª Enmienda a la Constitución corrigió la posición al establecer que «el cingalés y el tamil serán las lenguas de administración en todo Sri Lanka».
El papel integral de la lengua en el proceso de reconciliación tras el conflicto fue reconocido en el informe de 2011 elaborado por la Comisión de Lecciones Aprendidas y Reconciliación (LLRC), nombrada por el Gobierno de Sri Lanka. El informe, que se publicó inicialmente en inglés y no estuvo disponible en cingalés y tamil hasta agosto de 2012, incluye las siguientes recomendaciones:
- El aprendizaje de las lenguas de los demás debería ser una parte obligatoria del plan de estudios. Esta sería una herramienta primordial para garantizar los cambios de actitud entre las dos comunidades. La enseñanza del tamil a los niños cingaleses y del cingalés a los niños tamiles dará lugar a una mayor comprensión de las culturas de cada uno.
- La correcta aplicación de la política lingüística y la garantía de la fluidez trilingüe (cingalés, tamil e inglés) de las futuras generaciones adquieren una importancia vital. Una educación trilingüe permitirá a los niños desde muy pequeños llegar a entenderse.
De hecho, se han tomado algunas medidas para lograr los objetivos del informe de la LLRC. El gobierno ha puesto en marcha una serie de mecanismos institucionales, como la creación del Departamento de Lenguas Oficiales, la Comisión de Lenguas Oficiales y el Ministerio de Lenguas Nacionales e Integración Social, que dirige la implantación de las lenguas oficiales a nivel nacional. El Ministerio, a su vez, ha introducido programas de formación lingüística en toda la isla y de incentivos para que las oficinas gubernamentales aprendan las lenguas oficiales, ha intensificado los programas de formación lingüística y ha nombrado a varios cientos de funcionarios a nivel de distrito y local para coordinar la aplicación de la política lingüística oficial. El Proyecto de Lenguas Nacionales apoya los programas de formación de traductores y un mayor acceso de los ciudadanos a los servicios en su lengua nacional de elección, y está desarrollando modelos de aplicación de la política lingüística a menor escala en determinados institutos gubernamentales que interactúan con el público. Mientras tanto, las ONG locales e internacionales apoyan la política lingüística a través de la concienciación y la educación de la comunidad, el cabildeo y la supervisión, y otros proyectos lingüísticos a menor escala.
Aunque estas iniciativas demuestran el compromiso con las recomendaciones de la LLRC, el idioma sigue siendo una fuerte fuerza divisoria en el país. Técnicamente, los servicios gubernamentales deben estar disponibles en cada una de las lenguas oficiales; sin embargo, una queja común es que los formularios a menudo sólo están disponibles en una sola lengua y que los traductores a menudo no están disponibles. Para lograr el trilingüismo, es necesario ofrecer una enseñanza de alta calidad en inglés, cingalés y tamil. Sin embargo, esto no sólo es caro, sino que Sri Lanka carece de suficientes instructores cualificados para hacerlo. Es necesario reforzar la participación de la sociedad civil en la aplicación a gran escala de la política lingüística nacional, así como las actividades de supervisión y seguimiento que se llevan a cabo para mejorar la eficacia de los programas del gobierno.
A través de mi experiencia como becario de LankaCorps en la Junta Nacional de Suministro de Agua &Drenaje (NWS&DB), he comprobado lo valioso que puede ser el multilingüismo. Aunque la gran mayoría de las operaciones en el lugar de trabajo se realizan en cingalés, como organismo nacional, la NWS&DB también es responsable de prestar servicios a las zonas de habla tamil, por lo que es necesario poder comunicarse en tamil. Además, dado que muchos proyectos se financian o completan en asociación con gobiernos u organizaciones de ayuda internacionales, también se requiere la capacidad de comunicarse en inglés.
Una teoría común en Sri Lanka es que la clave para unificar el país, así como para asegurarse de que los estudiantes sean capaces de competir en una economía globalizada, es introducir el inglés como el único idioma universal de instrucción, en lugar de las actuales corrientes separadas para la instrucción en cingalés, tamil e inglés. Aunque el conocimiento del inglés es una ventaja indudable, también es importante que la próxima generación de ceilandeses crezca aprendiendo a hablar las dos lenguas nacionales. Por ejemplo, en mis conversaciones con ONG locales sobre desarrollo comunitario, he oído conversaciones en tamil y cingalés salpicadas de palabras en inglés como «capacity building», «sustainability» y «livelihoods». Esto demuestra que ya algunos conceptos se llevan en inglés en lugar de las lenguas nativas de Sri Lanka, lo que afecta a la transferencia de ideas entre los hablantes nativos.
La recomendación del LLRC sobre el trilingüismo es un objetivo elevado, pero que merece la pena. El idioma es una herramienta para cultivar una cultura de confianza y entendimiento, y la capacidad de comunicarse con alguien en su lengua materna es un paso inestimable para sanar las divisiones étnicas y lograr una paz duradera.
Más información sobre el programa LankaCorps de la Fundación Asia.
Sabina Martyn es una becaria de LankaCorps de 2012, que trabaja con la Junta Nacional de Suministro de Agua y Drenaje en proyectos de suministro de agua. Los puntos de vista y opiniones expresados aquí son los de los autores individuales y no los de The Asia Foundation.