Dispepsia funcional

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Dispepsia funcional

La dispepsia funcional es un trastorno crónico de la sensación y el movimiento (peristaltismo) en el tracto digestivo superior. El peristaltismo es el bombeo y la compresión normal hacia abajo del esófago, el estómago y el intestino delgado, que comienza después de la deglución. Llamamos a este trastorno funcional porque no se han encontrado anomalías estructurales observables o medibles que expliquen la persistencia de los síntomas. Es posible que escuche otros términos para describir esta afección, como dispepsia no ulcerosa, síndrome pseudoulceroso, irritabilidad piloroduodenal, dispepsia nerviosa o gastritis. Diversas estimaciones sugieren que entre el 20 y el 45% de los canadienses padecen esta afección, pero sólo un pequeño número de ellos consultan a un médico.

La causa de la dispepsia funcional es desconocida; sin embargo, varias hipótesis podrían explicar esta afección aunque ninguna puede asociarse de forma consistente con ella. La secreción excesiva de ácido, la inflamación del estómago o del duodeno, las alergias alimentarias, las influencias del estilo de vida y de la dieta, los factores psicológicos, los efectos secundarios de la medicación (p. ej, de los antiinflamatorios no esteroideos, como la aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno), y la infección por Helicobacter pylori han tenido sus defensores.

Síntomas de la dispepsia funcional

La alteración de la motilidad presente en la dispepsia funcional conduce a una sensación amplificada en el intestino superior (hiperalgesia visceral). Esto se debe a un vaciado descoordinado e incluso ineficaz del tracto digestivo superior, con los consiguientes síntomas de dolor, plenitud e hinchazón, y la incapacidad de terminar las comidas. Otros síntomas comunes son ardor de estómago, sabor agrio en la boca, eructos excesivos, náuseas y, a veces, vómitos. Estas molestias suelen ser esporádicas, poco localizadas y sin factores agravantes o aliviantes constantes. La gran mayoría de las personas con dispepsia funcional experimentan más de un síntoma, que puede aparecer y desaparecer. A veces los síntomas pueden presentarse con una mayor gravedad durante varias semanas o meses y luego disminuir o desaparecer por completo durante algún tiempo.

Diagnóstico de la dispepsia funcional

En el pasado, algunos médicos habrían diagnosticado la enfermedad de úlcera péptica en una persona que se quejaba de dolor abdominal medio superior (epigástrico) y náuseas. En la actualidad, utilizando herramientas de investigación como las radiografías de bario detalladas o la gastroscopia, los médicos pueden descartar rápidamente el diagnóstico de úlcera. Después de realizar pruebas a personas con estos síntomas, el doble de personas no tendrán una úlcera que la tendrán.

Un médico llega a un diagnóstico de dispepsia funcional cuando no hay evidencia de enfermedad estructural y ha habido al menos tres meses de una o más de las siguientes situaciones (con inicio al menos seis meses antes):

  • Satisfacción molesta después de las comidas (postprandial)
  • Satisfacción precoz
  • Dolor epigástrico
  • Ardor epigástrico
  • El papel de las investigaciones y pruebas en la dispepsia funcional es a menudo mal entendido. La tecnología actual no puede confirmar la dismotilidad y no existe una prueba diagnóstica definitiva para la dispepsia funcional. Todas las pruebas convencionales producen resultados normales; sin embargo, un resultado normal en una radiografía o una gastroscopia no significa que no haya nada malo. Esta carencia en las pruebas puede provocar el enfado o la frustración de las personas que siguen experimentando síntomas.

    Manejo de la dispepsia funcional

    Modificaciones en la dieta y en el estilo de vida

    Aunque no hay pruebas que relacionen directamente alimentos específicos con la dispepsia funcional, sí tiene sentido limitar o evitar los alimentos cuando el efecto de los síntomas es evidente de forma individual. Algunas personas han informado de un aumento de los síntomas cuando consumen cantidades excesivas de leche, alcohol, cafeína, alimentos grasos o fritos, menta, tomates, cítricos y algunas especias. Sin embargo, no existe una regla rígida, ya que los alimentos irritantes varían según las personas. Para normalizar la motilidad del intestino superior es importante evitar las porciones grandes a la hora de comer y hacer comidas más pequeñas y frecuentes. Después de las comidas, puede ser útil evitar acostarse durante al menos dos horas.

    Las personas con sobrepeso pueden encontrar alivio cuando pierden peso, ya que el exceso de volumen puede ejercer presión sobre el tracto digestivo, afectando a su función. Elevar la cabecera de la cama unos 15 centímetros también podría ayudar, pero asegúrese de hacerlo apuntalando el colchón o el marco de la cama, no utilizando almohadas. El uso de almohadas puede provocar dolor de espalda o de cuello y el aumento de la inclinación podría comprimir el estómago y empeorar los síntomas de la dispepsia funcional.

    Medicamentos

    Hay dos enfoques principales para tratar la dispepsia funcional con medicamentos: neutralizar el ácido y bloquear su producción.

    Para neutralizar el ácido, los medicamentos de venta libre como Maalox®, Tums® y Pepto-Bismol® pueden atenuar los síntomas. Otro producto, Gaviscon®, neutraliza el ácido estomacal y forma una barrera para impedir que el ácido suba al esófago. Algunos consideran que estos antiácidos sin receta proporcionan un alivio rápido, temporal o parcial, pero no evitan la acidez. Consulte a su médico si utiliza antiácidos durante más de tres semanas.

    Dos clases de medicamentos que suprimen la secreción de ácido son los antagonistas de los receptores de la histamina-2 (H2RA) y los inhibidores de la bomba de protones (IBP).

    • Los H2RA actúan bloqueando el efecto de la histamina, que estimula ciertas células del estómago para producir ácido. Entre ellos se encuentran la cimetidina (Tagamet®), la ranitidina (Zantac®), la famotidina (Pepcid®) y la nizatidina (Axid®). Todos los H2RA están disponibles con receta y algunos son accesibles en una formulación de dosis más baja sin receta. Nota: En mayo de 2020 se retiraron dos lotes de Axid (nizatidina) debido a la presencia de NDMA. Consulte Health Canada para obtener más información.
    • Los IBP funcionan bloqueando una enzima necesaria para la secreción de ácido y tienen el mejor efecto cuando se toman con el estómago vacío, entre media hora y una hora antes de la primera comida del día. Los IBP incluyen el omeprazol (Losec®), el lansoprazol (Prevacid®), el pantoprazol sódico (Pantoloc®), el esomeprazol (Nexium®), el rabeprazol (Pariet®) y el pantoprazol magnésico (Tecta®). Las cápsulas dobles de liberación retardada de IBP, en forma de dexlansoprazol (Dexilant®), administran el medicamento a dos intervalos. Los IBP se han revelado como la terapia más eficaz para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida, así como para curar y prevenir los daños en el esófago. En Canadá, los IBP sólo están disponibles con receta médica. El tratamiento con IBP a largo plazo y en dosis diarias múltiples puede estar asociado a un mayor riesgo de fracturas de cadera, muñeca o columna vertebral relacionadas con la osteoporosis.
      • Los tratamientos que reducen el reflujo al aumentar la presión del esfínter esofágico inferior (EEI) y las contracciones esofágicas hacia abajo son la metoclopramida y el maleato de domperidona. Un agente procinético de origen vegetal, Iberogast®, ayuda a regular la motilidad digestiva y a mejorar los síntomas.

        Todos los medicamentos comentados anteriormente tienen regímenes de tratamiento específicos, que debe seguir de cerca para obtener el máximo efecto. Por lo general, una combinación de estas medidas puede controlar con éxito los síntomas del reflujo ácido.

        Perspectiva de la dispepsia funcional

        La dispepsia funcional es una afección común, reconocida desde hace tiempo, con una serie de síntomas en la parte superior del abdomen. Aunque el diagnóstico de esta afección puede ser a veces difícil, debido a la naturaleza variable de los síntomas, el pronóstico de la dispepsia funcional es bueno. No hay pruebas de que provoque cáncer u otra enfermedad grave. Las teorías sobre su causa son múltiples, pero lo más probable es que se trate de una pequeña alteración de la motilidad muscular. Por lo general, la terapia exitosa implica discreción dietética y cursos cortos de medicación.

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