Los bebés que están cansados parecen pasar de estar contentos a estar molestos en un abrir y cerrar de ojos. Lo más frustrante es que los bebés pueden ser bastante buenos para ocultar su cansancio, así que cuando nos damos cuenta, ya llevan un tiempo cansados y se tambalean hacia el cansancio excesivo. A veces, cuando empiezan a sentir que están cansados, se sobreponen a esa sensación con juegos más activos y, tal vez, hasta se ponen un poco hiperactivos. Se pondrán en «marcha» y casi se volverán un poco maníacos y parecerán muy, muy alertas.
Aquí es donde los padres se confunden sobre si su hijo está realmente cansado o no. Un bebé cansado no siempre parece un bebé cansado, sino que presenta varias pistas diferentes para saber si está cansado o no. La serie sobre el cansancio puede ayudar a explicar algunos de los principales signos de que un niño está demasiado cansado y lo que los padres pueden hacer para ayudar.
Ese bebé tan inquieto, que no se conforma con sentarse en sus rodillas, que no quiere ponerse de pie, que arquea la espalda, que gatea muy rápido, que se ríe un momento y llora al siguiente, es un bebé cansado y está listo para dormir.
Si es bastante típico que su hijo esté feliz un segundo y llore al siguiente, puede que tenga que vigilar más el reloj que a su bebé. Un bebé de cuatro meses sólo puede aguantar una hora y cuarenta y cinco minutos despierto. Si se ha despertado a las 8 de la mañana, lo más probable es que a las 9:45 esté listo para la siesta.