Correcaminos mayor

LocomociónEditar

Correcaminos mayor en carrera

El correcaminos mayor puede mantener una velocidad de 30 km por hora en largas distancias. Mientras corre, coloca la cabeza y la cola paralelas al suelo y utiliza la cola como timón para cambiar de dirección. Prefiere correr en zonas abiertas, como carreteras, senderos llenos de vegetación y lechos de ríos secos, en lugar de la vegetación densa.

El correcaminos emprende el vuelo con menos frecuencia. Se mantiene suspendido desde una percha, como un árbol o una construcción humana. Más raramente, vuela distancias cortas de 4 o 5 metros, entre posibles dormideros.

DietaEditar

Este pájaro camina rápidamente, corriendo hacia sus presas. Se alimenta principalmente de pequeños animales como insectos, arañas (incluidas las viudas negras), tarántulas, ciempiés, escorpiones, ratones, pequeños pájaros, incluidos los colibríes, y especialmente lagartos y pequeñas serpientes. Las serpientes venenosas, incluidas las pequeñas serpientes de cascabel, se consumen fácilmente.

TermorregulaciónEditar

Un correcaminos mayor tomando el sol

Debido a la naturaleza diurna del correcaminos mayor y al hábitat árido, tiene varias adaptaciones biológicas y de comportamiento, conocidas como termorregulación, para reducir la deshidratación y el sobrecalentamiento. Durante la estación cálida, está activo sobre todo desde el amanecer hasta media mañana, y desde la tarde hasta la noche. Descansa a la sombra durante las horas más calurosas del día. El agua corporal puede ser retenida mediante la reabsorción de líquidos, por las membranas mucosas de la cloaca, el recto y el ciego. Las glándulas nasales del correcaminos eliminan el exceso de sales corporales.

El correcaminos mayor reduce el exceso de calor mediante la formación de vapor de agua, liberado por la respiración o a través de la piel. A veces se pone los pantalones cuando hace mucho calor, para acelerar esta acción. Por la noche, reduce su gasto energético en más de un 30%, bajando su temperatura corporal de 40 a 34 grados centígrados. Por la mañana, acelera la recuperación del calor tomando el sol. En invierno, se refugia en la vegetación densa o entre las rocas para protegerse de los vientos fríos.

El correcaminos toma el sol con frecuencia para calentarse. Se gira perpendicularmente al suelo con la espalda vuelta hacia el sol. Con las alas separadas, el correcaminos eriza las plumas negras de su espalda y cabeza, dejando al descubierto su piel negra, lo que permite que tanto la piel como las plumas absorban el calor de los rayos solares. A primera hora de la mañana, puede permanecer en esta postura durante dos o tres horas. En invierno, cuando las temperaturas rondan los 20 °C, el correcaminos puede calentarse al sol varias veces durante el día, más de media hora cada vez.

ReproducciónEditar

El correcaminos mayor es monógamo, formando vínculos de pareja a largo plazo. Las parejas de correcaminos defienden un territorio de unos 700 a 800 m de tamaño. El macho es más territorial, llama para advertir a los competidores y no duda en expulsar físicamente a los intrusos de su territorio. Algunas parejas defienden el mismo territorio durante todo el año.

La construcción del nido comienza en marzo en Texas, y probablemente más tarde en el norte. Ambos pájaros construyen el nido, siendo el macho quien recoge el material y la hembra quien lo construye. Los nidos son plataformas compactas de ramas espinosas forradas con hierbas, plumas, piel de serpiente, raíces y otros materiales finos. Se construyen a poca altura en un cactus o un arbusto. Los correcaminos ponen de tres a seis huevos, que eclosionan en 20 días. Los pollos salen del cascarón en otros 18 días. Las parejas pueden criar ocasionalmente una segunda nidada cuando hay abundancia de alimento en los veranos lluviosos.

Al igual que algunos otros cucos, los correcaminos mayores ponen ocasionalmente sus huevos en los nidos de otras aves, como el cuervo común y el sinsonte norteño.

VocalizaciónEditar

Chillidos

Las vocalizaciones del correcaminos mayor tienen siete variantes distintas. La llamada más frecuente es una secuencia lenta y descendente de unos seis ruidos bajos de «arrullo», emitida por el macho y que se escucha a 250 m. Esta llamada suele realizarse a primera hora de la mañana, desde una percha alta como un poste de la valla, un árbol muerto o un cactus. Las hembras emiten un número de hasta veintidós chillidos cortos y de baja frecuencia, parecidos a los chillidos de los coyotes, que pueden oírse a 300 metros de distancia. Tanto los machos como las hembras de correcaminos emiten una serie de cinco o seis parloteos acompañados de gemidos, lo suficientemente fuertes como para ser escuchados a 200 metros de distancia. Este sonido es la vocalización más común del correcaminos durante el periodo de incubación y la crianza de los pollos.

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