Las chinampas son un sistema de cultivo sostenible que existe desde hace siglos. En este post, te explicaré qué son las chinampas, por qué son sostenibles y por qué debería importarte.
Las chinampas son un sistema agrícola centenario que en su día fue muy utilizado en toda Mesoamérica y parte de Sudamérica. Históricamente, algunos se han referido a las chinampas como «jardines flotantes», pero las chinampas en realidad no flotan. Más bien, las chinampas son sistemas de pequeñas islas artificiales que los agricultores construyen en grandes lagos o ríos.
Para construir una chinampa tradicional, los agricultores primero construyen los perímetros de las islas clavando largas estacas en el suelo del lago. A continuación, rellenan esos contornos con capas de materia orgánica y tierra dragada del fondo del lago. Una vez que la tierra está por encima de la superficie del lago, plantan sauces autóctonos, llamados ahuejotes, alrededor del perímetro de la isla para evitar la erosión. Por último, plantan cultivos en el centro de la isla. A lo largo de la temporada, los agricultores dragan más tierra del fondo del lago para restaurar los nutrientes y mantener los niveles del suelo.
Aunque las chinampas estaban más extendidas antes de la introducción de la agricultura industrial, muchas de ellas siguen funcionando. El sistema de chinampas más famoso en la actualidad se encuentra en Xochimilco, al sur del centro de la Ciudad de México. Estas chinampas y otras chinampas de todo el mundo siguen prosperando porque son un método de cultivo súper sostenible.
Las chinampas son tan sostenibles que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación las nombró Sistema del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM). Para ser designado SIPAM, un sistema agrícola debe basarse en conocimientos ecológicos tradicionales, ser sostenible y tener importancia cultural. Las chinampas cumplen todos esos requisitos y más.
En resumen: Las chinampas son sistemas de islas ajardinadas hechas por el hombre que fueron v populares entre los aztecas y que aún se utilizan hoy en día
¿Qué tan sostenibles son las chinampas?
Las chinampas son un método de cultivo sostenible tanto biológica como socialmente. Desde el punto de vista biológico, las chinampas son capaces de ahorrar agua porque se auto riegan. Construir chinampas en lagos y separarlas con grandes canales permite tener suelos muy húmedos y no necesitar sistemas de riego separados. Bajo este sistema, las chinampas no están usando más agua de la que su ecosistema puede dar, lo que les permite usar agua del mismo lugar de generación en generación.
El sistema único de canales, cubierta de árboles y cultivos intercalados de las chinampas también fomenta una gran biodiversidad. Los sistemas de chinampas cerca de la Ciudad de México albergan el 2% de la biodiversidad mundial a pesar de que sólo cubren unas 2000 hectáreas de terreno. En las chinampas viven 139 especies de vertebrados, 21 de peces, seis de anfibios, diez de reptiles, 79 de aves y 23 de mamíferos. Esta biodiversidad ayuda a crear un ecosistema más productivo y resistente que podría mantenerse durante siglos.
La longevidad de las chinampas también contribuye a su sostenibilidad social. Los trabajadores de las chinampas pueden tener medios de vida estables porque la ecología de las chinampas es muy fiable. Esta estabilidad, y el fuerte sentido de comunidad e identidad que se deriva de ella, también han contribuido a la distribución justa del poder y la propiedad en las comunidades circundantes. El respeto del gobierno y de la comunidad por las chinampas ha permitido que sigan siendo propiedad privada y sean operadas por comunidades muy unidas con una distribución sostenible del poder social.
Las chinampas también son socialmente sostenibles porque son muy adaptables. La propiedad privada de las chinampas, combinada con su larga y respetada historia, ha permitido a los propietarios de chinampas la flexibilidad y la motivación para adaptarse a medida que las tecnologías agrícolas han avanzado y sus áreas circundantes se han urbanizado. Las chinampas no han permanecido (obviamente) igual desde la época de los aztecas. Más bien, han incorporado nuevas tecnologías y han establecido nuevos vínculos con las poblaciones urbanas para adaptarse a las nuevas condiciones sociales. Esta adaptabilidad ha permitido a las chinampas sobrevivir durante siglos y seguirá manteniéndolas en el futuro.
En resumen: las chinampas ahorran agua, permiten la biodiversidad y promueven la sostenibilidad social
¿Por qué debería importarte esto?
Si no vives en el sur de México, las chinampas podrían parecerte insignificantes. Sin embargo, aprender sobre la agricultura sostenible en todo el mundo está lejos de carecer de sentido.
Conocer las diversas posibilidades de la agricultura sostenible puede ayudarte a reconocer los problemas de los sistemas agrícolas modernos. Actualmente, gran parte de la agricultura de Estados Unidos está contribuyendo al cambio climático, a la degradación del suelo, a la pérdida de biodiversidad, a la contaminación de la tierra, del aire y del agua y a otros problemas medioambientales. Si estás familiarizado con los sistemas agrícolas sostenibles como las chinampas, podrás reconocer mejor los problemas sociales y ecológicos de nuestros sistemas agrícolas actuales.
Aprender sobre la agricultura sostenible global también te armará con los conocimientos necesarios para discutir sobre la agricultura sostenible. Al conocer los potenciales sostenibles de la agricultura, estarás más motivado y más capacitado para luchar por cambiar el statu quo. Esto puede ayudarte a debatir sobre la agricultura sostenible con tus compañeros y a exigir soluciones agrícolas más creativas a los responsables políticos y a los burócratas.
Por último, reconocer el genio que hay detrás de las chinampas y otras agriculturas sostenibles globales puede ayudarte a ganar respeto por los pueblos indígenas y los conocimientos autóctonos. La ciencia moderna es confiable en muchos contextos diferentes, pero no podemos descartar el conocimiento indígena. Muchos sistemas indígenas, incluyendo pero definitivamente no limitado a las prácticas agrícolas, han prosperado durante generaciones y pueden durar por generaciones. Estas prácticas altamente sostenibles merecen el máximo respeto en el mundo de la alimentación y más allá.