Resumen
Los avances en los factores de riesgo del desarrollo y las vías de ofensa pueden ayudar con la evaluación del riesgo y la necesidad, pero se necesita investigación adicional para desarrollar modelos de desviación sexual.
La prevención de la violencia sexual requiere un equilibrio entre la seguridad de la comunidad y la asignación eficaz de recursos. La investigación actual enfatiza la importancia de un enfoque integral de las tipologías de delincuentes sexuales, a través de la evaluación de las necesidades criminógenas (riesgo dinámico) y de los patrones delictivos, no basado en el tipo de víctima exclusivamente (Martínez-Catena et al., 2016). Los recientes avances en nuestro conocimiento de los factores de riesgo del desarrollo y las vías delictivas pueden ayudar a la evaluación del riesgo y las necesidades, pero se necesita más investigación para desarrollar modelos más amplios que expliquen la desviación sexual. No obstante, a través de una comprensión integral de las necesidades de tratamiento y la posterior intervención eficaz, un delincuente puede atender el proceso, aprender habilidades y estrategias alternativas a la violencia sexual y, en última instancia, esforzarse por vivir un estilo de vida saludable sin delinquir.
Notas
1 MTC: CM3 contiene dos ejes que evalúan los problemas psicológicos, las conductas de abuso y el grado de fijación sexual. El eje I incluye la fijación, o el grado de interés pedófilo y el grado de competencia social. El eje II incluye la cantidad de contacto con el niño (bajo o alto), el significado del contacto alto (ya sea interpersonal o narcisista), el nivel de lesiones físicas para el contacto bajo y si las lesiones fueron sádicas o no sádicas. Aunque esta tipología ha sido validada en varios estudios, no ha demostrado utilidad clínica con respecto a la reincidencia o al tratamiento (Camilleri & Quinsey, 2008). El MTC: R3 incluye nueve subtipos que diferencian a los violadores por su motivación, impulsividad, criminalidad y competencia social. Los violadores se clasifican como oportunistas (con alta o baja competencia social), omnipresentes, sádicos (manifiestos o silenciados), no sádicos sexuales (también con alta o baja competencia social) y vengativos (con alta o baja competencia social). Los estudios no han logrado clasificar a los violadores según estos nueve subtipos sin perfeccionarlos (Barbaree et al., 1994).
2 Hanson y Bussiere (1998) realizaron un meta-análisis basado en 61 estudios para una muestra total de 28.972 delincuentes sexuales. (Un meta-análisis combina los resultados de muchas evaluaciones en un gran estudio con muchos sujetos). Con respecto a la reincidencia sexual, la muestra total consistió en 23.393 delincuentes sexuales (incluidos 1.839 violadores y 9.603 abusadores sexuales de niños cuyas tasas de reincidencia se compararon). La tasa de reincidencia de los violadores fue significativamente más alta (18,9 por ciento) en comparación con la de los abusadores sexuales de menores (12,7 por ciento).
3 Obsérvese que estas medidas de reincidencia superan el 100 por ciento ya que 27 de los 61 estudios incluidos en el meta-análisis incluían múltiples índices de reincidencia.
4 El uso del polígrafo es controvertido. Véase la sección «Polígrafo» del capítulo 8, «Estrategias de gestión de delincuentes sexuales», en la sección de adultos.