Calvin Coolidge

Calvin Coolidge (1872-1933), el trigésimo presidente de Estados Unidos, dirigió la nación durante la mayor parte de los locos años veinte, una década de dinámicos cambios sociales y culturales, materialismo y excesos. Tomó posesión del cargo el 3 de agosto de 1923, tras la repentina muerte del presidente Warren G. Harding (1865-1923), cuya administración estuvo plagada de escándalos. Apodado «Silent Cal» por su carácter tranquilo, firme y frugal, Coolidge, antiguo gobernador republicano de Massachusetts, limpió la corrupción desenfrenada de la administración Harding y proporcionó un modelo de estabilidad y respetabilidad al pueblo estadounidense en una época de rápida modernización. Era un conservador pro-empresarial que estaba a favor de la reducción de impuestos y de la limitación del gasto público. Sin embargo, algunas de sus políticas de laissez-faire también contribuyeron a los problemas económicos que desembocaron en la Gran Depresión.

Un joven tranquilo y serio

John Calvin Coolidge nació el 4 de julio de 1872 en el pequeño pueblo de Plymouth Notch, Vermont. Su padre, también llamado John Calvin Coolidge (1845-1926), era un hombre de negocios trabajador y frugal que dirigía un almacén general y una oficina de correos. Su madre, Victoria Josephine Moor Coolidge (1846-85), murió cuando su hijo tenía sólo 12 años. Fue educado para ser honesto, trabajador y conservador, con un profundo respeto por los negocios.

Coolidge se graduó en la Academia Black River de Ludlow, Vermont, en 1890, y pasó a asistir al Amherst College de Massachusetts, graduándose con honores en 1895. Estudió derecho y aprobó el examen de abogacía de Massachusetts en 1898. Tras abrir un despacho de abogados en Northampton, pasó los siguientes 20 años ocupándose de negocios inmobiliarios, testamentos y quiebras. El 4 de octubre de 1905, Coolidge se casó con Grace Anna Goodhue (1879-1957), profesora de una escuela local para sordos. Tuvieron dos hijos, John (1906-2000) y Calvin Jr. (1908-24), que murió por envenenamiento de la sangre cuando era adolescente.

Carrera política

Coolidge inició su carrera en la política en 1898, cuando fue elegido para el consejo municipal de Northampton, Massachusetts. A continuación, comenzó una silenciosa pero metódica escalada política, sirviendo en la Cámara de Representantes de Massachusetts, como alcalde de Northampton, como congresista estatal, como senador estatal y como vicegobernador. Durante este periodo, Coolidge estudió cuestiones de política pública, pronunció discursos y fue ganando influencia entre los líderes del Partido Republicano. Se ganó la reputación de ser un conservador pro-empresarial que se esforzaba por hacer un gobierno ágil y eficiente.

En 1918, Coolidge fue elegido gobernador de Massachusetts. Fue catapultado al centro de la atención nacional al año siguiente, cuando el cuerpo de policía de Boston se puso en huelga y se produjeron disturbios en toda la ciudad. Coolidge envió a la guardia estatal para restablecer el orden y luego se opuso firmemente a la recontratación de los policías en huelga. En un telegrama dirigido al líder obrero Samuel Gompers (1850-1924), declaró famosamente que «no hay derecho a la huelga contra la seguridad pública por parte de nadie, en cualquier lugar y en cualquier momento». El manejo de la situación por parte de Coolidge capturó la imaginación del público estadounidense. A medida que se acercaban las elecciones presidenciales de 1920, los delegados de las bases de la Convención Nacional Republicana lo eligieron como candidato a la vicepresidencia en una candidatura encabezada por el senador Warren G. Harding de Ohio.

Coolidge en la Casa Blanca

La candidatura de Harding-Coolidge ganó las elecciones de 1920 de forma aplastante y los hombres tomaron posesión del cargo en marzo de 1921. Coolidge no tardó en sentirse frustrado con sus funciones, en gran medida ceremoniales, como vicepresidente, pero sólo dos años después, la repentina muerte de Harding, el 2 de agosto de 1923, le llevó inesperadamente al Despacho Oval.

El enfoque serio y la naturaleza sombría de Coolidge contrasta con la personalidad genial y el estilo de liderazgo informal de su predecesor. Las diferencias sirvieron a Coolidge para trabajar en la limpieza de la corrupción que había asolado a la administración Harding. Nombró a un abogado especial para investigar el escándalo del arrendamiento de petróleo de Teapot Dome (en el que el Secretario del Interior de EE.UU. fue acusado -y posteriormente condenado- de aceptar sobornos para arrendar reservas federales de petróleo sin licitación), y despidió al empañado fiscal general de EE.UU. de Harding, Harry M. Daugherty (1860-1941). La reputación de honestidad e integridad de Coolidge le ayudó a restablecer la confianza del público en el gobierno.

Coolidge se presentó a la presidencia en 1924 y ganó con contundencia al candidato demócrata, el diputado John W. Davis (1873-1955) de Virginia Occidental, y al candidato del Partido Progresista, el senador Robert M. La Follette (1855-1925) de Wisconsin. Las políticas de Coolidge en el cargo siguieron guiándose por su firme creencia en la empresa privada y el gobierno pequeño. Recortó los impuestos, limitó el gasto público y llenó las comisiones reguladoras con personas que simpatizaban con las empresas. Coolidge dijo una vez: «El principal negocio del pueblo estadounidense son los negocios». También rechazó la pertenencia de Estados Unidos a la Sociedad de Naciones y estableció elevados aranceles a los productos importados para proteger la industria estadounidense.

Coolidge siguió siendo popular durante toda su presidencia. Los locos años veinte fueron una época de rápidos cambios sociales, culturales y tecnológicos, y muchos estadounidenses vivían bulliciosamente y gastaban de forma extravagante. Algunas mujeres jóvenes adoptaron el estilo de vida de las «flapper», y bebían alcohol, fumaban, bailaban y llevaban faldas más cortas, maquillaje y el pelo rapado. Las mujeres también votaban, ya que habían ganado ese derecho con la ratificación de la 19ª Enmienda a la Constitución de Estados Unidos en 1920. La música jazz y la arquitectura Art Deco florecieron. Charles Lindbergh (1902-74) realizó su pionero vuelo en solitario a través del Océano Atlántico en 1927. Aumentó el número de personas que poseían automóviles y compraban productos en masa, como los alimentos enlatados. Durante esta época de transformación de la sociedad, Coolidge actuó como una especie de figura paterna. El presidente, tranquilo, respetable y frugal, proporcionaba un símbolo reconfortante de responsabilidad y virtud a la antigua usanza.

Años posteriores a la presidencia

Aunque mucha gente creía que Coolidge podría haber ganado la reelección en 1928, anunció públicamente su decisión de no presentarse el 2 de agosto de 1927, en una simple nota entregada a los periodistas en una conferencia de prensa. La tensión física del trabajo, así como la muerte de su padre y de su hijo menor, habían agotado su energía e interés en otro mandato. El Partido Republicano se decantó por Herbert Hoover (1874-1964), que había sido secretario de Comercio tanto con Harding como con Coolidge, como candidato.

Tras dejar la Casa Blanca, Coolidge se retiró a Northampton, donde se dedicó a escribir sus memorias y a colaborar con comentarios políticos en revistas. Menos de un año después de dejar el cargo, el mercado de valores de Estados Unidos se desplomó y la economía cayó en la Gran Depresión. Aunque Coolidge había recibido mucho crédito por la prosperidad de la década de 1920, reconoció que tenía cierta responsabilidad en la grave recesión económica. Admitió a sus amigos que había pasado su presidencia «evitando los grandes problemas», como le citó William Allen White en su biografía, «Un puritano en Babilonia». Coolidge murió de un ataque al corazón a la edad de 60 años en su casa de Northampton el 5 de enero de 1933.

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