Al acceder a la presidencia tras la inesperada muerte de Harding (2 de agosto de 1923), Coolidge juró el cargo ante su padre, un notario, a la luz de una lámpara de queroseno a las 2:47 de la madrugada del 3 de agosto en la casa familiar de Plymouth, Vermont. Heredó una administración sumida en el escándalo. Con cautela, tranquilidad y habilidad, Coolidge eliminó a los responsables y devolvió la integridad al poder ejecutivo. Siendo él mismo un modelo de rectitud personal, Coolidge convenció al pueblo estadounidense de que la presidencia volvía a estar en manos de alguien en quien se podía confiar. El cambio de ambiente en la Casa Blanca no pasó desapercibido para la aguda mirada de Alice Roosevelt Longworth, hija del presidente Theodore Roosevelt, que dijo que la nueva Casa Blanca era «tan diferente como lo es un salón de Nueva Inglaterra de la trastienda de un bar clandestino»
En la convención republicana de 1924 Coolidge fue nominado prácticamente sin oposición. Bajo el lema «Keep Cool with Coolidge», obtuvo una victoria aplastante sobre el demócrata conservador John W. Davis y el candidato del Partido Progresista Robert La Follette, obteniendo cerca del 54 por ciento del voto popular frente al 29 por ciento de Davis y el casi 17 por ciento de La Follette; en el colegio electoral, Coolidge recibió 382 votos frente a los 136 de Davis y los 13 de La Follette. El discurso de investidura de Coolidge, el primero que se emitió por la radio nacional, se centró principalmente en su visión del papel de Estados Unidos en el mundo.