Un bebé hambriento y llorón quiere su leche YA y no entenderá que esperes sólo un minuto o dos para calentar su biberón de forma segura. Pero, ¿por qué calentamos los biberones? Y ¿cuál es la mejor manera de calentarlos de forma segura y rápida para minimizar las lágrimas del bebé?
¿Por qué hay que calentar la leche del bebé?
Si te alimentas con leche artificial, se recomienda preparar un biberón nuevo. Para preparar un biberón nuevo hay que utilizar agua caliente para poder eliminar las bacterias que se encuentran en la leche de fórmula en polvo.
Pero además, a los bebés les gusta la leche caliente. Cuando los bebés son amamantados, la leche está naturalmente a la temperatura del cuerpo, por lo que los bebés suelen preferir la leche calentada a la temperatura del cuerpo o a la temperatura ambiente cuando se alimentan de un biberón.
La leche caliente es más fácil de digerir para el bebé, ya que no necesita utilizar energía extra para calentarla en su barriga. Por ello, algunos padres consideran que la leche tibia tiene menos probabilidades de provocar dolores de barriga al bebé.
Si calientas un biberón ya preparado, la idea es simplemente calentar un biberón aumentando suavemente la temperatura, no hacer que la leche se sienta caliente.
Elegir el tipo de biberón (y de tetina) que quieres utilizar
Hay una amplia gama de biberones diferentes entre los que elegir y lo que elijas depende en gran medida de ti y de tu bebé. Algunos bebés prefieren el tacto de una tetina en particular y puede que tengas que probar varias antes de encontrar la que más te convenga.
Si estás pasando de la lactancia materna al biberón, una tetina que se sienta y se mueva como un pecho debería facilitar el cambio. Todas las tetinas de Tommee Tippee tienen la forma, se mueven y se estiran como el pecho de mamá, porque eso es lo que les gusta a los bebés.
Los biberones están hechos de vidrio, plástico o, actualmente, de silicona. Si usas biberones de plástico, comprueba que son libres de BPA. Y consulta siempre las instrucciones del fabricante para limpiar, esterilizar y calentar cualquier biberón.
Consulta nuestra gama de biberones
Cómo calentar un biberón
Microondas
No calientes la leche de tu bebé en el microondas.
Los microondas no siempre calientan las cosas de manera uniforme, por lo que aunque tu biberón se sienta bien por fuera, puede haber puntos calientes en la leche que podrían escaldar la boca de tu bebé. El sobrecalentamiento de la leche materna destruye los valiosos nutrientes que contiene.
Es más seguro utilizar un calentador de biberones o un poco de agua del grifo calentada para calentar el biberón de tu bebé.
Calentador de biberones
Esta es probablemente la forma más fácil de calentar un biberón de leche materna o de fórmula que se ha guardado en la nevera o el congelador. Los calentadores de biberones suelen ser rápidos y fáciles de usar, y eliminan la necesidad de calentar los biberones hasta alcanzar la temperatura corporal ideal.
Asegúrate de que el calentador de biberones que elijas sea adecuado para los tipos de biberones que utilices y sigue siempre las instrucciones.
Agua hirviendo
No es necesario hervir agua para calentar el biberón del bebé. Recuerda que sólo estás tratando de calentar suavemente la leche del interior a la temperatura corporal.
Llena una jarra o un bol con agua tibia. El agua debe estar lo suficientemente caliente como para calentar el biberón, pero lo suficientemente fría como para poder introducir la mano en ella.
Coloca el biberón del bebé en el agua tibia durante no más de 15 minutos. Una vez que el biberón se haya calentado, gíralo suavemente para asegurarte de que toda la leche se calienta de manera uniforme, pero evita agitarlo ya que esto puede introducir burbujas de aire.
Cómo comprobar la temperatura perfecta
¿Te has preguntado alguna vez por qué la gente se echa un chorro de leche del biberón en la muñeca para comprobar la temperatura? Es porque la piel de la parte interior de la muñeca es fina y sensible, igual que la de tu bebé, por lo que sirve de guía fiable. La temperatura debe ser neutra: ni demasiado caliente ni demasiado tibia.
¿La temperatura perfecta es la misma para la leche materna y la de fórmula?
La leche materna sale de la madre a una temperatura corporal natural de unos 37°C/99°F. Por lo tanto, si has enfriado la leche materna para guardarla o si estás preparando un biberón de leche de fórmula, debes calentar el biberón del bebé a la misma temperatura.
¿Pueden los bebés tomar leche de fórmula fría?
Sí pueden. No hay nada de malo en darle a tu bebé leche de fórmula que no hayas calentado, siempre que se haya preparado con agua estéril caliente y se haya guardado en la nevera después de enfriarla. Pero los bebés tienden a preferir la leche tibia, ya que es a lo que están acostumbrados y es más fácil de digerir para sus pequeños estómagos.
¿La leche tibia hace que los bebés duerman mejor?
Entre las muchas cosas maravillosas de la leche materna está el hecho de que contiene triptófano, una sustancia que estimula al cerebro a producir la hormona del sueño, la melatonina, por lo que lo más probable es que esto haga que el bebé se sienta somnoliento después de alimentarse. El triptófano también se encuentra en la leche de fórmula para bebés y en los productos lácteos.
La leche caliente también es más fácil de digerir para el bebé, por lo que hay menos posibilidades de que se sienta incómodo a la hora de dormir.
¿Se puede sobrecalentar un biberón?
Sí y realmente no es una buena idea. El sobrecalentamiento de la leche materna destruye los nutrientes naturales que contiene. Calentar y enfriar rápidamente los biberones también puede hacer que los biberones se deformen o se dañen, lo que puede favorecer la proliferación de bacterias en su interior.
¿Se puede recalentar la leche materna y la leche de fórmula?
Las bacterias pueden formarse en cualquier leche, especialmente cuando la saliva se introduce en ella durante la alimentación, por lo que no se debe refrigerar ni recalentar ninguna leche que se le dé al bebé.
Siempre se debe utilizar la leche de fórmula calentada para alimentar al bebé inmediatamente y nunca recalentarla. Lo ideal es preparar la fórmula a medida que se necesite.