RANDOLPH W. EVANS, MD, FAAN, RESPONDE
Hasta el 30 por ciento de los pacientes experimentan un dolor de cabeza después de una punción lumbar (también conocida como punción espinal), un procedimiento que consiste en introducir una pequeña aguja en la membrana que rodea la médula espinal en la parte baja de la espalda para extraer líquido cefalorraquídeo.
El dolor de cabeza, que suele estar causado por el líquido cefalorraquídeo que se escapa al insertar la aguja, suele ser sordo y punzante y empeora al sentarse o ponerse de pie. El dolor puede ir de leve a incapacitante y puede ir acompañado de mareos, zumbidos en los oídos, visión borrosa o doble, náuseas y rigidez de cuello.
Prevención de las cefaleas espinales
Las punciones lumbares se realizan para diagnosticar afecciones como la meningitis y otras infecciones del sistema nervioso central; enfermedades neurológicas como las cefaleas de alta presión, la esclerosis múltiple o el síndrome de Guillain-Barre, un trastorno de los nervios periféricos; o cánceres del cerebro. También se utilizan para administrar un anestésico espinal para la cirugía.
La mejor manera de evitar un dolor de cabeza es que el médico utilice lo que se conoce como una aguja atraumática, que es menos probable que permita la fuga de líquido cefalorraquídeo. El cerebro flota en el líquido cefalorraquídeo, y una fuga reduce el volumen de ese líquido, haciendo que el cerebro se hunda dentro del cráneo, lo que desencadena un dolor de cabeza.
Tratamiento de las cefaleas espinales
Si experimenta un dolor de cabeza después de una punción lumbar, comuníqueselo a su médico inmediatamente, ya que puede recetarle analgésicos orales. A menudo, el dolor de cabeza se resuelve por sí solo; descansar, mantenerse hidratado y tomar bebidas con cafeína o suplementos de cafeína puede ayudar a aliviar el dolor. Si el dolor es más intenso al ponerse de pie o sentarse, acostarse también puede ayudar.
Factores de riesgo
Algunas personas son más propensas a este tipo de dolores de cabeza, como las mujeres, los adultos de entre 30 y 50 años, las personas con antecedentes de dolores de cabeza y los individuos delgados.
Tratamiento de seguimiento
Si el dolor de cabeza persiste, los pacientes pueden beneficiarse del reposo en cama, los líquidos y la cafeína intravenosa. Si el dolor de cabeza empeora, los neurólogos pueden realizar un parche sanguíneo epidural, un procedimiento que consiste en extraer sangre del brazo del paciente e inyectarla en el canal espinal fuera de la duramadre en la parte baja de la espalda. El parche eleva el nivel de líquido y suele aliviar el dolor de cabeza. Los médicos pueden tener que repetir el procedimiento para obtener un alivio completo.
Si el dolor de cabeza sigue sin resolverse, los médicos pueden utilizar un tipo de pegamento quirúrgico para parchear el orificio por el que se filtra el líquido o cerrarlo quirúrgicamente con puntos de sutura u otro material.