Las masas de agua siempre han supuesto un reto para los ingenieros. En los primeros tiempos, los ríos eran poderosas vías de comercio. Sin embargo, tarde o temprano, la gente sólo quería llegar al otro lado de ellos.
Los barcos, como los transbordadores, fueron las primeras y más obvias soluciones. Con el tiempo, los ingenieros comenzaron a construir puentes. Sin embargo, pronto hubo gente que quiso hacer túneles bajo las masas de agua. ¿Cómo se podía hacer esto, aparte de contratar a un equipo de topos y castores?
Ya en 1818, un ingeniero francés llamado Marc Brunel inventó un dispositivo que permitía a los trabajadores hacer túneles bajo los ríos sin preocuparse de que el agua y el barro arruinaran su trabajo. El «escudo del túnel» de Brunel era un gran muro de hierro rectangular con muchas persianas pequeñas.
Los trabajadores abrían las persianas de una en una para excavar unos centímetros de tierra. Cuando se avanzaba un poco, se empujaba todo el escudo hacia delante. A medida que el escudo avanzaba unos centímetros cada vez, los trabajadores construían un grueso muro de ladrillos detrás que se convertiría en la cáscara del túnel.
Este era un trabajo que requería mucho tiempo, por supuesto. Por ejemplo, los trabajadores tardaron nueve años (de 1825 a 1843) en construir un túnel de 1.200 pies bajo el río Támesis en Londres. Este se convirtió en el primer túnel submarino del mundo.
La tecnología ha avanzado mucho desde la época de Brunel. Hoy en día, los túneles submarinos suelen crearse con gigantescas tuneladoras (TBM), a veces llamadas topos. Estas máquinas cuestan millones de dólares, pero pueden crear grandes túneles en muy poco tiempo.
Una placa circular con cortadores de disco gira para cortar la roca mientras la máquina avanza lentamente. A medida que la máquina excava el túnel, también ayuda a construir las paredes que eventualmente sostendrán el túnel.
Francia e Inglaterra utilizaron 11 enormes tuneladoras para crear -en sólo tres cortos años- los tres tubos que conforman el Túnel del Canal de la Mancha de 32 millas. También llamados Eurotúnel o Chunnel, estos túneles conectan ahora los dos países bajo el Canal de la Mancha.
Otro nuevo método de creación de túneles submarinos es el de corte y recubrimiento. Para utilizar este método, los constructores cavan una zanja en el lecho del río o en el fondo del océano. A continuación, hunden en la zanja tubos de acero o de hormigón prefabricados. Después de cubrir los tubos con una gruesa capa de roca, los trabajadores conectan las secciones de tubos y bombean el agua restante.
Este método se utilizó para crear el túnel Ted Williams, que conecta la parte sur de Boston con el aeropuerto Logan. Los 12 tubos de acero gigantes que se hundieron en la zanja tenían cada uno 325 pies de largo y ya contenían carreteras totalmente construidas!
Los ingenieros siempre están aportando nuevas ideas. Basándose en métodos experimentales de corte de rocas, los túneles submarinos del mañana podrían construirse con la ayuda de chorros de agua a alta presión, láseres o máquinas de sonido ultrasónico.
Las nuevas tecnologías podrían permitir la construcción de túneles que antes parecían imposibles. Por ejemplo, a algunos ingenieros les gustaría construir un Túnel Transatlántico para conectar Nueva York con Londres. El túnel de 3.100 millas podría albergar un tren que pudiera viajar a 5.000 millas por hora. El viaje que ahora dura 7 horas en avión podría algún día durar menos de una hora