Cortesía de Sebastian Ervi (Pexels.com)Hace unas semanas, me encontré en un coche que se dirigía al bosque de Northwich. Estaba oscuro, y se vislumbraban los campos bañados por el agua, mientras mis tres amigos y yo tratábamos de averiguar cómo llegar a nuestro destino mientras nos preguntábamos qué demonios íbamos a comer.
No era la típica noche de sábado, de hecho, era una que, hace unos meses, nunca habría imaginado. No porque nos dirigiéramos a un espectáculo de luces después de un día de fuertes lluvias, sino porque la idea de estar en un coche durante más de cuarenta minutos habría hecho que mi cerebro entrara inmediatamente en una espiral de pánico de «no, no lo hago, no puedo hacerlo, olvídalo».
¿Por qué? Podría ofrecer una serie de razones, desde la ansiedad a largo plazo hasta la reticencia a explicar mi comportamiento y mis miedos a la gente.
La verdadera razón era que me aterrorizaba no ser capaz de afrontarlo. Me bombardearían con escenarios aterradores en los que mis hipotéticos intentos de hacer las cosas que me daban miedo acabarían en humillación, ataques de pánico o algún otro quebranto mental.
Tenía miedo de tener miedo.
Entonces, ¿qué cambió? Unas cuantas cosas, pero lo que más me hizo cambiar de perspectiva fue darme cuenta de que para sentirte más cómodo, primero tienes que sentirte incómodo.
Espera, ¿no se trata en esta entrada del blog de salir cómodamente de tu zona de confort?
Sí, y ya llegaré a eso, pero lo primero de lo que tienes que darte cuenta cuando intentas ampliar tus horizontes es que no va a ser fácil.
Piensa en un corredor. Cuando un corredor empieza a entrenar, el proceso es difícil. Necesitan fortalecer sus músculos y mejorar su resistencia para poder correr distancias más largas, más rápido. Ampliar su zona de confort se parece mucho a ser un corredor. Es difícil al principio, pero cuanto más te esfuerzas, más lejos puedes llegar.
Aquí tienes algunas de las formas en las que puedes empezar a ampliar tu zona de confort de forma segura.
- Recuerda por qué quieres ampliar tu zona de confort
Esto es clave. Cuando tu cerebro (y tu cuerpo) empiecen a quejarse y a darte 1001 razones por las que no deberías intentarlo, tu motivación te ayudará a mantenerte centrado. Puede ser cualquier cosa, no importa lo grande o pequeña que sea, pero asegúrate de que tienes una razón para ampliar tus horizontes que te ayude a superar los retos que tienes por delante.
¿Quieres conocer a más gente?
¿Quieres viajar por el mundo?
¿Quieres montar tu propio negocio?
¡Encuentra tu razón!
- Rodéate de una buena red de apoyo
Puede ser de amigos, familia, colegas o una comunidad online. Al igual que un corredor, ayuda tener gente alrededor que te apoye mientras te esfuerzas y tratas de superar el siguiente hito. Estas personas serán las que te ayuden a celebrar las victorias y a compadecerte cuando las cosas no salgan como quieres.
Ni siquiera tienes que contarles lo que estás haciendo si no quieres, pero al tener gente a tu alrededor con la que puedes hablar, esos obstáculos «imposibles» pueden ser menos desalentadores.
- Pasos de bebé
¡Roma no se construyó en un día! No tienes que lanzarte de cabeza a una situación con la que te sientas incómodo para ampliar tu zona de confort. De hecho, al igual que el corredor, si no te has tomado el tiempo de prepararte adecuadamente, puedes hacerte daño.
Si quieres salir más pero te da miedo aventurarte en un territorio desconocido, considera bajar una parada de autobús más tarde o aparcar en un parking algo más alejado de la oficina. Si quiere conocer a más gente, pruebe a sonreír a alguien que ve a menudo al pasar o a saludar un poco.
Dése pequeños objetivos y actividades que hagan crecer su confianza.
- Celebre incluso los logros más pequeños
No importa lo pequeño que sea el logro, ¡dése crédito por conseguirlo! Tal vez te animaste a salir de casa por primera vez en una semana o finalmente enviaste ese mensaje preguntando a alguien si quería quedar. En cualquier caso, choca los cinco. El hecho de que algo sea un pequeño paso adelante no significa que no sea un progreso.
- Ponte un objetivo mayor
Aunque es importante saber por qué quieres ampliar tu zona de confort, puede ayudar tener un objetivo más tangible por el que trabajar. Si quieres salir de tu zona de confort para conocer a más gente, puedes fijarte el objetivo de conocer a cinco personas antes de que acabe el año. Márcate un objetivo por el que puedas trabajar y que te ilusione. Si es posible, ponte un objetivo SMART con una fecha límite, ya que evitará que se te ocurran excusas para evitar situaciones que te incomodan.
- Deja de disculparte a ti mismo.
Imagina cuánta energía podrías ahorrar si dejaras de disculparte por tus inseguridades. ¿Qué pasaría si, en lugar de ponerse nervioso y tropezar para disculparse por el pánico o sentir la necesidad de explicar sus preocupaciones, utilizara esa energía para ayudarle a salir y lograr esos pequeños pasos? En lugar de excusarte y sentirte culpable por las áreas con las que aún no te sientes cómodo, comunícate con tu red de apoyo. Diles lo que necesitas para sentirte más cómodo. En lugar de disculparte constantemente por tener pánico o estar al límite, agradece a la gente por esperar y mostrar paciencia mientras superas estos desafíos.
- Enfócate en lo que consideras un logro, no en lo que piensan los demás
Ampliar tu zona de confort es un viaje personal que se ve diferente para todos nosotros. Eso no significa que tu viaje sea menos válido o menos «impresionante» que el de los demás. Estar en un coche durante más de 40 minutos puede no parecer un gran problema para otras personas, pero si es un gran problema para ti, entonces siéntete libre de reconocerlo.
Concéntrate en los pasos que necesitas dar para avanzar, no en los que otras personas dicen que debes dar.
- Reconoce que siempre va a dar un poco de miedo
Esto me lleva de vuelta a lo anterior. Este punto puede parecer un poco extraño teniendo en cuenta el título, pero esto es lo que pasa: a nuestro cerebro no le gusta que rompamos con la rutina. Si intentamos romper el hábito de mantenernos firmemente en nuestras zonas de confort, nuestra mente pateará, gritará y arañará para que nos retiremos al territorio familiar.
Aunque hay pasos que puedes dar para hacer el proceso un poco más fácil, nunca se va a sentir cien por cien bien. Dar esos pasos hacia nuestros objetivos siempre va a dar miedo y siempre vamos a tener dudas. Reconoce que siempre tendrás un poco de miedo y sigue adelante y hazlo de todos modos. Y lo más importante: recuerda tu razón y tu objetivo, eso te dará fuerzas cuando tengas ganas de rendirte.
- No te castigues si algo no sale como esperabas
Todos tenemos contratiempos. Lo que cuenta es cómo los manejamos. El fracaso es parte del crecimiento y, en muchos sentidos, una herramienta que nos ayuda a alcanzar el éxito. En lugar de darte un disgusto si las cosas no funcionan, tómate un tiempo para hacer una pausa y reflexionar sobre lo que ha pasado.
¿Qué funcionó en la situación?
¿Qué no funcionó?
¿Cómo puedes utilizar la experiencia para crecer y tener una mejor experiencia la próxima vez que lo intentes?
Recompénsese por haberlo intentado: recuerde quererse a sí mismo por intentar mejorar su vida y no deje que este fracaso le defina.
- Descubra lo lejos que ha llegado
A medida que se esfuerza y amplía su zona de confort, puede ser fácil olvidar lo lejos que ha llegado. Escriba un diario sobre cómo se siente al tener éxito o simplemente tómese un momento para apreciar realmente sus logros y lo mucho que puede hacer. Esto no sólo ayudará a aumentar tu confianza, sino que puede crear un impulso que te hará seguir avanzando.
- Bonus: conoce la diferencia entre no querer hacer algo y sentirse incómodo con hacer algo
Una de las mejores maneras de ampliar tu zona de confort es tomando las decisiones sobre las cosas que quieres hacer, en lugar de lo que la gente te dice que hagas. Algunas personas tratarán de utilizar tu sensación de vulnerabilidad e incertidumbre para intentar moldearte para que actúes de una manera que no deseas, ya sea en lo que respecta a las relaciones, el comportamiento o el trabajo. Para que puedas ampliar tu zona de confort de forma que te permita ser la persona que quieres ser, tienes que tener una idea clara de lo que harás y lo que no harás y mantener tus convicciones.
Si quieres viajar más, estupendo, pero no tienes que salir del país si no quieres. Si quieres conocer más gente, fantástico, pero eso no significa que tengas que aguantar el mal comportamiento de la gente. Tú decides cómo ampliar tu zona de confort y qué quieres probar, no permitas que alguien te presione para que te conviertas en alguien que no quieres ser.
¿Significa esto que he superado mi ansiedad por viajar? No. Sé que es probable que siempre sea difícil, pero en lugar de descartar la posibilidad de viajar a distancias más largas, ahora puedo tener la mente abierta a diferentes oportunidades y experimentar cosas que nunca habría tenido la oportunidad.
Ahora puedo apreciar el mundo que me espera al otro lado de mi zona de confort.