iOS suele ser lo suficientemente inteligente como para evitar que una aplicación en segundo plano consuma innecesariamente batería o recursos del sistema. Pero a veces, las cosas van mal. Una aplicación puede fallar y dejar de responder, o puede consumir cantidades absurdas de datos en segundo plano. Si eso ocurre, cerrar una aplicación problemática es tan fácil como apartarla.
Para empezar, abre el conmutador de aplicaciones pulsando dos veces el botón de inicio (ten en cuenta que aquí estás pulsando realmente el botón, no estás tocando simplemente el sensor Touch ID). Obtendrás una serie de iconos y miniaturas de aplicaciones por las que puedes deslizarte. Si quieres cambiar de aplicación, solo tienes que tocar el icono o la miniatura de la aplicación.
Pero para cerrar una aplicación, solo tienes que deslizar hacia arriba la miniatura de esa aplicación hasta sacarla de la pantalla. Puedes cerrar solo una aplicación o cerrarlas todas si quieres. Una vez que hayas terminado, toca una aplicación abierta o pulsa el botón de inicio.
En circunstancias normales, no deberías tener que salir de una aplicación a menos que esté causando problemas. Aun así, es posible que quieras limpiar el conmutador de aplicaciones de vez en cuando, ya que puede ser un dolor de cabeza pasar por 30 aplicaciones.
Si una aplicación sigue consumiendo demasiados datos o batería de forma constante mientras está en segundo plano, quizá quieras desactivar la actualización de aplicaciones en segundo plano para esa aplicación. Abre la app de Ajustes, pulsa en General y luego en Actualización de aplicaciones en segundo plano. Busca la aplicación problemática y desliza la palanca junto a su nombre a la posición «off».