Soñar es uno de los aspectos más singulares e intrigantes del sueño. Durante una noche normal de sueño, es típico pasar unas dos horas soñando. Los sueños más intensos se producen durante la fase de movimiento ocular rápido (REM), pero pueden producirse distintos tipos de sueños durante cualquier parte del ciclo de sueño.
Los sueños pueden tener imágenes positivas, negativas o totalmente confusas, lo que probablemente refleja un periodo de inmensa imaginación durante el sueño. No obstante, tanto en los sueños buenos como en los malos, las experiencias vividas cuando se está despierto se incorporan con frecuencia al contenido de los sueños.
Los expertos siguen debatiendo sobre por qué soñamos, pero hay considerables pruebas que apuntan a que los sueños desempeñan un papel en la facilitación de funciones cerebrales como la memoria y el procesamiento emocional. Los sueños parecen ser una parte importante del sueño normal y saludable. Al mismo tiempo, sin embargo, las pesadillas pueden interrumpir el sueño e incluso afectar a una persona durante sus horas de vigilia.
Dado que prácticamente todo el mundo tiene sueños, tanto buenos como malos, es natural preguntarse cómo afecta el sueño a la calidad del mismo, si las pesadillas son malas para el sueño y cómo evitar los malos sueños.
¿Influyen los sueños en la calidad del sueño?
Soñar es una parte normal del sueño saludable. Dormir bien se ha relacionado con una mejor función cognitiva y salud emocional, y los estudios también han relacionado los sueños con el pensamiento eficaz, la memoria y el procesamiento emocional. De este modo, muchos expertos creen que soñar es un reflejo de la calidad del sueño o contribuye a ella.
Sin embargo, no todos los sueños son iguales. Algunos sueños pueden tener un impacto negativo en el sueño. Los malos sueños implican un contenido aterrador, amenazante o traumático. Cuando un mal sueño provoca un despertar del sueño, puede considerarse una pesadilla.
¿Son las pesadillas malas para el sueño?
Las pesadillas pueden afectar negativamente al sueño, pero normalmente sólo cuando ocurren con frecuencia o son especialmente perturbadoras.
La mayoría de las personas tienen un mal sueño o una pesadilla de vez en cuando sin un impacto notable en la calidad del sueño. Sin embargo, cuando las pesadillas ocurren con frecuencia, pueden convertirse en un obstáculo para el sueño. Para algunas personas, las pesadillas ocurren varias veces a la semana y/o más de una vez en una noche determinada.
El trastorno de pesadillas puede definirse de forma general como la ocurrencia de pesadillas frecuentes que interfieren con el sueño de una persona y/o su estado de ánimo o pensamiento durante el día. Las personas con trastorno de pesadillas pueden tener un sueño agitado con más despertares y mayor dificultad para volver a dormirse. Además, pueden evitar dormir por su miedo a los sueños perturbadores, lo que aumenta su riesgo de insomnio y privación del sueño.
Las personas deben hablar con su médico si tienen pesadillas más de una vez a la semana, si su sueño se ve interrumpido por las pesadillas o si notan que su estado de ánimo, su pensamiento o su nivel de energía durante el día se ven afectados por las pesadillas. Un médico puede trabajar con ellos para identificar la causa más probable y el tratamiento óptimo para reducir estos molestos sueños.
¿Los sueños afectan a la vida cotidiana?
Conocer el impacto exacto de los sueños en la vida cotidiana sigue siendo objeto de más investigaciones, pero hay una serie de formas en las que los sueños pueden influir en nuestras horas de vigilia:
- Soñar de forma saludable puede ser indicativo de un sueño de calidad que facilita un pensamiento más agudo, un mejor estado de ánimo y la salud en general.
- Las personas que recuerdan sus sueños suelen mostrar mayores niveles de creatividad. Las ideas creativas también pueden aumentar al incorporar el pensamiento imaginativo de los sueños en la vida de vigilia.
- Soñar puede proporcionar un pensamiento más expansivo o inspirador, formando el concepto subyacente detrás de la máxima de «seguir tus sueños».
- Soñar puede mejorar la consolidación de la memoria, haciendo que sea más fácil recordar información importante.
- Las personas con trastornos de salud mental, como la ansiedad o el trastorno de estrés postraumático (TEPT), pueden experimentar un empeoramiento de los síntomas como resultado de las pesadillas recurrentes.
- Las pesadillas pueden interrumpir el sueño, causando somnolencia diurna, empeoramiento del estado de ánimo o problemas de pensamiento durante el día.
¿Cómo puede detener los malos sueños y las pesadillas?
Si tiene malos sueños frecuentes, empiece por hablar con su médico, que puede ayudarle a determinar si tiene un trastorno de pesadillas. El tratamiento para el trastorno de pesadillas puede incluir terapia conductual y/o medicamentos.
Mejorar los hábitos y la higiene del sueño puede ayudar a reducir los malos sueños. Algunos consejos específicos incluyen:
- Practique técnicas de relajación para minimizar el estrés y la ansiedad, que pueden provocar pesadillas.
- Dése tiempo para relajarse antes de acostarse en un entorno de dormitorio tranquilo y reconfortante.
- Evite el tiempo de pantalla durante una hora o más antes de acostarse, y asegúrese de no ver contenidos de miedo o molestos por la noche.
- No beba alcohol, que afecta a su sueño REM, por la noche y especialmente antes de acostarse.
- Mantenga un horario de sueño constante, incluso los fines de semana, para evitar la privación de sueño, que puede estimular más el sueño REM y los sueños intensos.
- ¿Ha sido útil este artículo?
- SíNo
¿La posición al dormir afecta a los sueños y las pesadillas?
Muchos factores influyen en los sueños, pero no está claramente establecido que la posición al dormir sea uno de esos factores.
Algunos investigadores han teorizado que el contenido de los sueños puede variar en función de la posición en la que duerme una persona porque las sensaciones físicas y la presión aplicada al cuerpo son diferentes para los que duermen boca arriba, boca abajo y de lado. Un estudio descubrió que las personas que duermen sobre su lado izquierdo eran más propensas a tener pesadillas, y otro descubrió que los sueños vívidos, incluyendo algunas pesadillas y sueños eróticos, eran más comunes en los que dormían boca abajo.
Una limitación de estos estudios, sin embargo, es que se basaron en datos autoinformados, que están sujetos a inexactitudes. Por ejemplo, muchas personas cambian de posición para dormir durante la noche sin ser conscientes de ello. Además, investigaciones anteriores han demostrado que la posición para dormir no afecta a la cantidad de tiempo que se pasa en las diferentes etapas del sueño.
En general, se necesita una investigación más sólida para establecer una relación entre la posición para dormir y las pesadillas.