Arquitectura cliente-servidor, arquitectura de una red informática en la que muchos clientes (procesadores remotos) solicitan y reciben servicio de un servidor centralizado (ordenador anfitrión). Los ordenadores clientes proporcionan una interfaz que permite a un usuario de ordenador solicitar servicios del servidor y mostrar los resultados que éste devuelve. Los servidores esperan a que lleguen las peticiones de los clientes y luego responden a ellas. Lo ideal es que un servidor proporcione una interfaz transparente estandarizada a los clientes, de modo que éstos no tengan que conocer los detalles del sistema (es decir, el hardware y el software) que proporciona el servicio. Los clientes suelen estar situados en estaciones de trabajo o en ordenadores personales, mientras que los servidores se encuentran en otro lugar de la red, normalmente en máquinas más potentes. Este modelo informático es especialmente eficaz cuando los clientes y el servidor tienen tareas distintas que realizan habitualmente. En el procesamiento de datos de un hospital, por ejemplo, un ordenador cliente puede estar ejecutando un programa de aplicación para introducir información de los pacientes mientras el ordenador servidor está ejecutando otro programa que gestiona la base de datos en la que se almacena permanentemente la información. Muchos clientes pueden acceder simultáneamente a la información del servidor y, al mismo tiempo, un ordenador cliente puede realizar otras tareas, como enviar correo electrónico. Dado que tanto los ordenadores cliente como los servidores se consideran dispositivos inteligentes, el modelo cliente-servidor es completamente diferente del antiguo modelo de «mainframe», en el que un ordenador centralizado principal realizaba todas las tareas para sus terminales «tontos» asociados.